La mantequilla de cannabis es una de las principales elaboraciones con las que después hacer todo tipo de receta cannábica
Los motivos son varios. Desde la facilidad para hacerla con unos ingredientes básicos y muy baratos, hasta su larga conservación que permiten almacenarla semanas sin que pierda propiedades o se estropee. También otro de los principales motivos es que los tricomas del cannabis son liposolubles y se disuelven en materias grasas y usar directamente marihuana en cualquier receta puede llegar a ser algo desagradable por su sabor.
Para hacer mantequilla cannábica o cannabutter de la manera más sencilla tan sólo se necesita mantequilla y cannabis, además de una serie de utensilios que cualquiera tendrá en su cocina. Tampoco es peligroso, aunque al tratar con mantequilla caliente las salpicaduras hay siempre que tenerlas en cuenta, echar mano de unos guantes en determinados momentos evitarán algunos posibles sustos.
INGREDIENTES
- 7 gramos de cogollos de cannabis finamente molidos
- 250 gramos de mantequilla sin sal
EQUIPO NECESARIO
- Cazo o pota mediana
- Cuchara
- Colador o filtro de café
- Recipiente con tapa
ELABORACIÓN DE LA MANTEQUILLA CANNÁBICA
Lo primero que vamos a hablar es de la descarboxilación. La descarboxilación es un proceso mediante el cual los cannabinoides en su estado ácido de la marihuana y que no son psicoactivos, se transforman es cannabinoides en estado neutro que sí son psicoactivos. Así el THCA se transforma en THC, el CBDA en CBD, etc.
La descarboxilación se realiza aplicando calor a la hierba. Cuando se fuma marihuana, el propio calor de la combustión hace esta transformación al instante y un cogollo no psicoactivo se vuelve psicoactivo. Cuando se cocina con marihuana, se debe realizar siempre, de lo contrario tendremos un consumible con unos efectos psicoactivos puede que despreciables.
Es por ello que en la cocina cannábica es muy importante un termómetro para controlar en todo momento la temperatura. Bastarán unos 30-40 minutos a una temperatura que ronde los 115º para descarboxilar la marihuana. Por encima de 120º, el THC se descompone y tampoco interesaría éso.
Así que comenzamos poniendo la mantequilla en el cazo y a fuego bajo, dejando que se derrita sin prisa. No conviene usar temperaturas elevadas ya que puede quemarse y su sabor sería bastante desagradable. Cuando la tengamos perfectamente derretida, añadimos el cannabis triturado poco a poco y sin dejar de remover.
Dejamos cocinar a fuego lento durante unos 45 minutos y a 115º, removiendo de vez en cuando. Podremos observar en poco tiempo como pequeñas burbujas comenzarán a formar espuma en la superficie. Conviene no despistarse para que no suba en exceso y nuestra mantequilla líquida se salga por fuera.
Pasados los 45 minutos apagamos el fuego. Usando un colador fino o un filtro de papel de café, colamos la mantequilla sobre el recipiente con tapa. Después presionamos con una cuchara para escurrir bien toda la mantequilla que pueda haber quedado en la hierba. Mucho ojo con los materiales que uses, los plásticos con altas temperaturas se pueden derretir o deformar.
Depende del tipo de colador que se haya usado, puede que la mantequilla aún contenga algunos restos vegetales que puedan afectar a su caducidad, mientras que el color verde será totalmente normal. Tan sólo queda dejar enfriar a temperatura ambiente antes de pasarlo a la nevera para que termine de solidificarse.
Para conservarla durante más tiempo, puedes tapar la mantequilla de marihuana con un film transparente, siempre en contacto con la propia mantequilla y procurando extraer las bolsas de aire que queden entre medias. Además servirá para protegerla de los típicos malos sabores que adquiere en la nevera pasados unos días.
CONSEJOS
Cabe destacar que el cannabis ingerido tiene unos efectos más retardados que cuando se fuma o vaporiza. En ocasiones, hasta pasada una hora u hora y media no se comienzan a manifestarse los efectos. Si es la primera vez que se ingiere cannabis, conviene ser precavido. Se debe empezar con una dosis baja y esperar un tiempo prudencial para comprobar los efectos.
Con un poco de experiencia, cada uno podrá ajustar las dosis a sus necesidades o efectos deseados. El cannabis en consumibles es uno de los métodos de consumo más saludable y la gran alternativa al cannabis fumado, el principal método de consumo en todo el mundo. Pero a diferencia de cuando se fuma que en el mismo momento se sabe si estamos consumiendo demasiado y es momento de parar, una vez ingerido no hay marcha atrás. Una dosis excesiva puede resultar bastante desagradable, pero tras un buen descanso los efectos desaparecerán.