Aunque es algo poco común, las raíces de las plantas de cannabis también se pueden podar. Y en determinados casos además de debe hace una buena poda de raíces para garantizar un buen desarrollo de la planta.
Las funciones principales de las raíces son la absorción de agua y sales minerales del suelo para luego transportarlos hacia el tallo y las hojas. Una vez en las hojas, se transforman en compuestos orgánicos durante la fotosíntesis. Además y no menos importante, las raíces fijan las plantas al suelo por medio de resistencia a la doblez.
Una planta en un principio crecerá lo que le permitan sus raíces. Las plantas de cannabis más grandes siempre se consiguen en cultivos en suelo, donde el espacio disponible para su desarrollo es ilimitado. En una maceta el crecimiento puede verse limitado en cuanto las raíces hayan colonizado todo el espacio disponible.
Cuando esto sucede, lo más común es hacer un trasplante a una maceta de mayor tamaño. El nuevo sustrato que añadamos y el nuevo espacio disponible, las raíces continuarán su desarrollo y las plantas seguirán creciendo.
¿En qué casos se puede hacer una poda de raíces?
Pero existen casos en los que un trasplante a una maceta de mayor tamaño no es posible. Por ejemplo el de plantas madre que se mantienen que pequeños espacios de cultivo. Y físicamente no hay espacio disponible para una maceta de mayores dimensiones.
También otro ejemplo puede ser una planta que haya sufrido el ataque de algún hongo de raíz. Puede ser un último de salvarla, eliminando la zona afectada. O también por un exceso de sales que se acumulan en el fondo de la maceta, donde se requiere una solución rápida y drástica.
Una poda de raíces en una planta madre permite mantener una planta en una misma maceta con una buena cantidad de nuevo sustrato disponible. Es además la única solución posible cuando se quiere mantener la planta durante muchos años, en lugar de renovarla cada cierto tiempo. Siempre será una mejor planta madre aquella que tenga tallos leñosos que permitan un buen transporte de agua y nutrientes.
Aprende a podar raíces de plantas de cannabis
Lo primero, es contar con un buen sustrato. Y un buen sustrato no es aquel que contenga una gran cantidad de nutrientes, sino aquel que tenga una textura esponjosa. La esponjosidad de un sustrato principalmente lo proporcionan materiales como la perlita o fibra de coco.
Además necesitaremos un cuchillo muy bien afilado, siendo los de sierra una muy buena opción. Y también necesitaremos un plástico o un lugar adecuado donde hacer la poda de raíces para no manchar demasiado y pasarse después tiempo extra limpiando.
El mejor momento para hacer una poda de raíces, es el momento en el que tocaría regar las plantas. Como debemos extraer la planta de la maceta, siempre será más complicado con un sustrato encharcado. Su propio peso hará que el sustrato pueda desprenderse de las raíces, produciendo alguna rotura accidental.
Paso 1
Así que empezamos extrayendo la planta de la maceta. Para ello da unos golpecito en el exterior de la maceta, para que las raíces que se hayan podido adherir a las paredes se desprendan. Luego inclina la maceta y la planta debería salir fácilmente. También puedes darle la vuelta a la maceta, siempre con una mano sujetando la base del tallo y el sustrato.
Paso 2
Con el cepellón fuera de la maceta, lo dejamos en un lugar a la sombra mientras lavamos bien la maceta que después volveremos a usar. Con el cuchillo, debemos reducir el tamaño del cepellón en aproximadamente un 25-30%. Así que vete cortando “rebanadas” de cepellón. Por ejemplo en macetas de 20 cm de boca, deberíamos podar 2-3 cm de cada lado o de la circunferencia (dependiendo de si son cuadradas o redondas) para reducirlo hasta los 14-16 cm.
Reduciremos del mismo modo el fondo, eliminando primero el material del drenaje, y podando después aproximadamente 1/4 de su longitud. El material de drenaje podemos reutilizarlo tras darle un buen lavado que elimine las sales acumuladas y las raíces que habrá adheridas.
Paso 3
En el fondo de la maceta volvemos a introducir una pequeña capa de material drenante, y a continuación otra capa de sustrato nuevo. Situaremos la planta en la maceta después, centrándola bien. Y comenzamos a rellenar todos los lados, poco a poco para que la presión del sustrato no empuje la planta hacia el otro lado que aún no cuente con relleno.
Vamos también dando golpecitos con la mano en los laterales de la maceta para que el sustrato se asiente y no queden bolsas de aire. Si es preciso nos podemos ayudar de un palito. Pero es importante no llegar nunca a comprimir o compactar el sustrato.
Paso 4
Para terminar, nos queda regar la planta de cannabis. Es interesante el uso de algún estimulador de raíces. En pocos días nuevas raíces jóvenes comenzarán a colonizar el nuevo sustrato y podremos comprobar un gran desarrollo de nuevas ramas. La planta se sentirá cómoda durante otra larga temporada, hasta que de nuevo haya que realizar otra poda de raíces.17