En este post de hoy te enseñaremos a preparar un ungüento de cannabis con los restos de la manicura. Sus beneficios del uso tópico de esta planta te sorprenderán.
Qué es un ungüento
La palabra ungüento proviene del latín unguentum, participo activo de unguere (untar o ungir). También se conoce con el nombre más común de pomada.
Es una de las formas farmacéuticas más antiguas de las que se tienen constancia, usadas por ejemplo en Egipto hace más de 4.000 años.
Por definición, un ungüento o pomada es una sustancia de uso tópico cuya finalidad es la de calmar o curar heridas, quemaduras, erupciones cutáneas, sarpullidos, raspados y en general muchos problemas de la piel.
Aunque su composición química llega a ser muy variada, lo que tienen en común todos los ungüentos es que están constituidos por grasas y que presentan un aspecto semisólido a 25ºC.
Y extraño es el cultivador que no cuente con una gran cantidad de restos de la cosecha acumulada, desde manicura hasta algún cogollo pequeño de las partes bajas muy aireado o con no demasiada resina.
Todo esto se suele secar y conservar para en un futuro hacer un poco de hachís de buena calidad. En este post te damos una gran opción, que es la de hacer un ungüento de cannabis.
El ungüento de cannabis es un preparado de curación con siglos de historia, pues antiguas civilizaciones ya usaban preparados con las flores del cannabis para aliviar dolores musculares y causados por la artritis y el reuma.
Además estudios han demostrado que es eficaz para el tratamiento de quemaduras de hasta segundo grado, ciertos tipos de eczemas, acné, psoriasis y hongos.
Ingredientes ungüento de cannabis
- 15 gramos de restos de manicura
- 100 ml de aceite de oliva
- 20 gramos de cera de abeja
- 5 gramos de aceite de germen de trigo
Elaboración
Empezamos calentando en una olla el aceite a fuego medio, no debería sobrepasar los 100º. A continuación a añade la manicura. Si la trituras con un molinillo de café, será mejor.
En cuanto al aceite además del aceite de oliva, se puede usar otro tipo de aceites como de sésamo, de colza, de cacahuete, de almendras, de ricino, de almendras o de cedro.
Tendremos que dejar que la materia vegetal se cocine durante unas 2-3 horas. Durante este tiempo no te despistes con la temperatura no se vaya a quemar el aceite.
Si ves que el aceite humea mucho, baja el fuego, remueve más a menudo o retíralo unos momentos del fuego. Y siempre que sea posible, usa la campana extractora para reducir el olor en casa.
Pasado este tiempo, retiramos del fuego y colamos para retirar la materia vegetal con un colador. Usa un colador muy fino o un filtro de café, apretando bien para escurrir al máximo el posible aceite de cannabis que pueda quedar.
Es inevitable que siempre se quede algo de aceite en las hojas. Para aprovecharlo podríamos cocinar agua junto con el aceite y la manicura.
Una vez el líquido se haya colado y enfriado en la nevera, el aceite se separa del agua y se solidifica en la superficie. Podremos fácilmente extraerla con una cuchara y desechar el agua.
Con el aceite aún caliente, añadimos la cera de abeja. El calor residual debería ser suficiente para que la cera se diluya perfectamente.
Si fuese necesario, pon al fuego y calienta un poco más. Deja que enfríe un poco y añade finalmente el aceite de germen de trigo. Este aceite es muy rico en vitamina E, uno de los antioxidantes naturales más efectivos.
Ante de envasar este ungüento de cannabis aún líquido, te sugerimos hacer una pequeña prueba. Sobre un poco de papel de aluminio echa media cucharadita y mételo en la nevera.
Se enfriará rápidamente y podremos comprobar si su textura es de ungüento, o por el contrario nos ha salido demasiado cremosa o líquida.
En este caso lo que podemos hacer es añadir más cera de abeja. Si con el calor residual no se consigue derretir, la calentaremos de nuevo en la olla un poco más.
Terminamos envasando en botes pequeños, preferiblemente en recipientes opacos. Si son de pequeño tamaño, serán más cómodos.
Conclusión
El ungüento de cannabis casero se puede conservar en la nevera o en un lugar oscuro y fresco durante varias semanas, ya que no deja de ser un producto perecedero y 100% natural.
Puedes usarlo para todo tipo de dolores musculares, articulares y afecciones cutáneas. No se recomienda usar en heridas abiertas o sangrantes.