El aceite de marihuana tiene muchos usos. En este post te hablamos de él y cómo hacerlo en casa fácilmente en muy pocos pasos.
Qué es el aceite de marihuana
El aceite de marihuana como su propio nombre nos hace intuir, se elabora con las flores de marihuana. Debe distinguirse tanto del aceite de CBD y el aceite de semillas. Ambos se elaboran con flores y semillas de cáñamo.
El aceite CBD no es en ningún caso psicoactivo. Se elabora con flores de cáñamo, es decir variedades de cannabis destinadas principalmente a fines industriales.
Su cultivo es legal ya que contienen niveles insignificantes de THC. Pero por contra tiene una gran cantidad de CBD, que además de no ser psicoactivo, modula los efectos del THC..
El aceite de marihuana por su parte, es aceite que contiene más cannabinoides, especialmente cantidades elevadas de THC. Pero también otros muchos como el propio CBD, CBN, CBG, etc.
Las propiedades medicinales tanto del aceite CBD como el aceite de marihuana están más que demostradas. Pero en general, son los aceites de marihuana los mejores por el llamado efecto séquito.
El efecto séquito se refiere a que cuando los compuestos del cannabis (cannabinoides, terpenos y flavonoides) actúan en conjunto, son más eficaces que cuando lo hacen por separado.
Si no se desea un aceite de marihuana con mucho THC, siempre se puede optar por alguna variedad con ratios THC:CBD bastante parejos o con niveles de CBD superiores a los de THC.
Por lo que la mejor opción te la proponemos nosotros. Con un poco de paciencia y materia prima de calidad, te hagas un aceite de marihuana con las mejores propiedades.
El aceite de marihuana de Rick Simpson
El documental “Run From The Cure” realizado por Christian Laurette hace algunos años, nos relata la historia de Rick Simpon.
Este canadiense de 73 años, sufrió una lesión craneal. A partir de ahí, sufre intensos zumbidos de manera permanente durante las 24 horas del día.
Cansado de seguir tratamientos, medicándose todo el día y sin obtener mejoría, decide pedirle a un amigo un porro de cannabis. Tras fumarlo, notó un alivio inmediato que hacía tiempo no tenía.
Pese a la experiencia positiva por su parte, no fue capaz de conseguir que ningún médico le recetase marihuana terapéutica. Preferían seguir con sus tratamientos esperando encontrar alguna solución.
Pero mientras tanto, esto significaría que Rick seguiría con sus problemas. Así que ante esta negativa y al comprobar que su estado de salud empeoraba, decidió optar por consumir cannabis.
Pese a todo, en los años siguientes el estado de salud de Rick empeoró al agravarse los síntomas de su enfermedad. Tal fue su desesperación, que pensó hasta en el suicidio.
Fue entonces cuando decide con sus pocas fuerzas cultivar marihuana. Lo que buscaba era comprobar si las extracciones conseguirían el mismo efecto de alivio que fumada.
En poco tiempo, los síntomas de la lesión empezaron a menguar, según su testimonio. Además el dolor dejó de acompañarlo durante todo el día.
En el año 2003, Rick tropezó con un nuevo obstáculo. Le diagnosticaron un cáncer de piel que requirió de una intervención quirúrgica.
Pero pocos meses después, el cáncer reapareció. Así que de nuevo sus esperanzas recayeron en el aceite de marihuana que había elaborado.
Y aunque suene sorprendente y según su propio testimonio, tras unos días tomando de nuevo el aceite de cannabis, el cáncer desapareció.
Desde entonces, decidió ayudar a todas aquellas personas que se lo solicitasen. Con su aceite, consiguió llegar a más de cinco mil personas con enfermedades graves como cáncer, leucemia, melanoma, diabetes, dolores crónicos, verrugas, infecciones virales o bacterianas.
Según muchos de ellos y del propio Rick Simpson, más del 70% de los pacientes que siguen su protocolo se libran del cáncer.
Fue detenido y juzgado como si fuese un traficante, cuando lo único que había hecho era ayudar de manera altruista su aceite entre aquellas personas que lo necesitaban.
Decidió entonces pedir asilo político en Europa, donde no sólo se la dieron, sino que le permitieron seguir con su labor altruista entre aquellos enfermos que habían perdido toda esperanza en tratamientos médicos.
¿Cómo hacer aceite de marihuana?
Realmente es muy sencillo. Lo primero es optar por una variedad que nos convenga. Por ejemplo las variedades con cantidades elevadas de THC son apropiadas para tratar depresiones o falta de apetito.
En cambio las variedades con niveles altos de CBD (igual o superior al nivel de THC), son las variedades más apropiadas para tratar dolores o trastornos del sueño.
Necesitaremos 10 gramos de cogollos para elaborar unos 60 gramos de aceite de marihuana. Su concentración por lo tanto, será elevada.
También necesitaremos un solvente, ya que los cannabinoides son liposolubles, es decir necesitan un solvente como el alcohol o una grasa para unirse.
Puedes optar por etanol puro, su sabor es más suave que el de otras opciones. No deja de ser el componente principal de muchísimas bebidas alcohólicas.
Y también necesitarás un par de botes de cristal, un colador, aceite de oliva y una báscula. Además te hará falta otro botecito con dosificador de gotas, en cualquier farmacia lo puedes encontrar.
En uno de los botes de cristal, añade los cogollos y cúbrelos con el etanol. Ciérralo y agítalo con fuerza durante un par de minutos.
Dejamos macerar este alcohol de marihuana durante unos 3-4 días, agitando un minuto cada 10-12 horas. Esto ayudará a que los cannabinoides se disuelvan perfectamente.
Pasado este tiempo, usa el colador para pasar al otro bote el alcohol de cannabis. La materia vegetal ya no nos interesa en absoluto.
El siguiente paso es evaporar el alcohol. Podemos hacerlo de manera natural, simplemente dejando el bote destapado unos 3-4 días, dependiendo de las condiciones.
Es importante saber cuanto extracto hemos conseguido. Para ello simplemente pesaremos en primer lugar el bote vacío, y después con el alcohol cannábico evaporado, calculando la diferencia.
Debemos añadir de 15 a 20 veces su peso en aceite de oliva. Si por ejemplo tenemos 4 gramos de extracto, añadiremos de 60 a 80 gramos de aceite.
Mezclar el aceite y el extracto es algo que llevará tiempo. Lo mejor es dejar que el aceite ablande el extracto seco para poder comenzar a remover. Así que déjalo un par de días.
Pasados los 2 días, comenzamos a remover con una cucharita varios minutos y varias veces durante otros dos días. Cuando el aceite y extracto se hayan homogeneizado, nuestro aceite de marihuana estará listo.
Aplicación
Para dosificar el aceite de marihuana al estilo Rick Simpson, lo más práctico es un recipiente con gotero para controlar las gotas que iremos a ingerir.
Comienza con tan sólo una gota al día. Puede que notes algo, o puede que no notes nada. Si este es el caso, al día siguiente prueba con 2 gotas.
E iremos subiendo día a día y gota a gota hasta encontrar una dosis que se adecúe a nuestras necesidades. Sensaciones como mejor humor, ganas de hablar, sueños más placenteros, más hambre… son síntomas de que el aceite de marihuana funciona.
El método de ingestión común es sublingual. Se depositan las gotas bajo la lengua y se mantienen uno o dos minutos antes de tragarlas.