La política del gobierno en materia de cannabis pretende promover la salud y el desarrollo económico, según aclaró el ministro del Interior, y no el consumo recreativo no regulado. El nuevo ministro del Interior se mostró dispuesto a explicar en detalle su política de descentralización, que se ha enfrentado al escepticismo de los críticos.
El viceprimer ministro y ministro del Interior, Anutin Charnvirakul, explicó con detalle la política del Gobierno en relación con el cannabis como medio de promover la salud y el crecimiento económico, subrayando que no se trataba de fomentar el consumo recreativo no regulado.
Anutin, líder del partido Bhumjaithai y ministro de Salud Pública en la anterior administración, dijo que su partido había presentado en la anterior sesión parlamentaria un proyecto de ley sobre la regulación del cannabis que fue desestimado.
Afirmó que el Partido Bhumjaithai volverá a presentar el proyecto de ley al Parlamento actual para promover el cannabis por sus beneficios médicos, sanitarios y económicos.
El ministro Anutin dijo que el discurso en torno a la legalización del cannabis se ha enturbiado con debates sobre el uso no regulado. Por ello, ha pedido a todas las partes que dejen de difundir esta idea errónea.
CHARNVIRAKUL, EXPLICÓ CON DETALLE LA POLÍTICA DEL GOBIERNO EN RELACIÓN CON EL CANNABIS COMO MEDIO DE PROMOVER LA SALUD Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO, SUBRAYANDO QUE NO SE TRATABA DE FOMENTAR EL CONSUMO RECREATIVO NO REGULADO
La política del gobierno bajo el Ministerio del Interior está reintroduciendo el concepto de Gobernador CEO para la administración provincial. Según el Ministro del Interior, este concepto de trabajo, que sitúa a los gobernadores provinciales como CEO de cada provincia, mejorará la agilidad de las administraciones locales y los servicios públicos.
Sin embargo, esta política ha recibido críticas del partido Move Forward, que la considera un avance hacia la centralización y no hacia la descentralización. El ministro del Interior dijo que estaba dispuesto a explicar la política para aclarar cualquier malentendido.
Uso de THC en Cuidados Intensivos: Un cambio de paradigma en el tratamiento del estrés psicológico y metabólico
En una era donde las alternativas terapéuticas están e constante evolución, los médicos están empezando a explorar nuevas vías para tratar a pacientes en condiciones críticas. Un reciente estudio realizado en Alemania revela que los cannabinoides, en particular el THC (tetrahidrocannabinol), están siendo empleados en unidades de cuidados intensivos (UCI) para reducir el estrés psicológico y metabólico en pacientes críticos.
El estudio implicó una encuesta realizada a 662 médicos que trabajan en UCI por todo Alemania. De estos, 67 médicos participaron en la investigación. La encuesta buscaba analizar la frecuencia y el régimen de la terapia con cannabinoides iniciada por los médicos participantes en los dos últimos años al momento de la encuesta.
Según los investigadores de la Clínica del Dolor de la Facultad de Medicina de Hannover en Alemania, 22 médicos habían utilizado cannabis en algunos pacientes durante el período de dos años estudiado. Dronabinol, con dosis que varían entre 1 y 20 mg, fue el cannabinoide preferido.
Indicaciones y eficacia
Los médicos reportaron una variedad de razones para emplear la terapia con cannabinoides. Entre las más citadas se encuentran el alivio del estrés metabólico y psicológico, seguido por el dolor y las náuseas o vómitos. Además, se mencionaron beneficios en el ahorro de medicamentos, lo que podría tener implicaciones significativas en la gestión de los recursos médicos y farmacéuticos.
Seguridad y reservas
Es fundamental señalar que no se reportaron problemas de seguridad relevantes en relación con el uso de cannabinoides en las UCI. Sin embargo, las principales reservas citadas por los médicos para no emplear esta terapia incluyeron la falta de experiencia personal, evidencia científica limitada y lagunas en el conocimiento actual.
El uso de THC y otros cannabinoides en el entorno de la UCI está comenzando a ganar tracción entre los médicos alemanes, según esta reciente encuesta. Aunque la base de evidencia es todavía limitada, los resultados preliminares sugieren que podría haber un lugar para los cannabinoides en el tratamiento integral de pacientes en estados críticos. Sin embargo, es crucial continuar con más estudios para confirmar la eficacia y seguridad de esta forma emergente de terapia.
¿Estás buscando una experiencia diferente con tu bebida favorita y un poco de hierba? Conoce cómo preparar vodka de marihuana en casa con esta sencilla receta.
¿Te has preguntado alguna vez cómo sería combinar el vodka, conocido por su pureza y versatilidad, con los aromas y sabores de la marihuana? Si alguna vez has sentido curiosidad por combinar dos de las sustancias más emblemáticas de la relajación y la diversión, estás en el lugar adecuado.
Continúa leyendo para conocer el proceso de preparación de tu propio vodka de marihuana. Desde los ingredientes necesarios hasta los pasos clave para infundir esta intrigante bebida y descubrir una nueva forma de disfrutar las propiedades del cannabis.
¿Qué es el vodka de marihuana?
El vodka es una bebida alcohólica destilada que se elabora principalmente a partir de granos o patatas. Es conocido por su sabor neutro y su alta graduación alcohólica. Este se caracteriza por ser una bebida transparente y sin sabor distintivo, lo que lo hace muy versátil para la preparación de cócteles y bebidas mixtas.
El vodka de marihuana, como su nombre lo indica, es un macerado que permite fusionar las propiedades de la flor de cannabis con esta bebida. El vodka con marihuana es una bebida que ha ganado popularidad en sitios en donde la marihuana es legal, como Holanda, o en el estado de California, en Estados Unidos,
Receta para preparar vodka de marihuana
Preparar vodka con marihuana es un proceso sencillo y que no requiere de muchos elementos, a diferencia de otras bebidas infusionadas como la cerveza de marihuana.
Ingredientes
20 gramos de cogollos de marihuana
1 litro de vodka
Un frasco de vidrio
Proceso
Descarboxila la marihuana
Comienza preparando la marihuana. Para ello, es esencial llevar a cabo el proceso de descarboxilación, que activará los cannabinoides THC y CBD para que tengan efecto al ingerir el licor.
La descarboxilación es un procedimiento sencillo, solo divide los cogollos en varias partes y precalienta el horno a 110°C-120 ºC. Luego, coloca la marihuana en el horno durante veinte minutos, asegurándote de controlar la temperatura para evitar la degradación de los cannabinoides.
Combina los ingredientes
Una vez que tengas todos los ingredientes listos y la marihuana descarboxilada, coloca los cogollos triturados en el frasco de vidrio y añade el litro de vodka. Cierra bien el bote con la tapa hermética y agítalo enérgicamente durante varios minutos.
Macera el vodka
Coloca el frasco en un lugar completamente oscuro. Pasados dos o tres días, el alcohol habrá absorbido los cannabinoides de la marihuana. Sin embargo, es recomendable dejarlo reposar por más tiempo para que los cannabinoides se disuelvan por completo en el licor. Durante este proceso de maceración, agita el bote varias veces.
Con el tiempo, el licor cambiará de color, adquiriendo un tono verde o marrón oscuro. Una vez que el licor haya alcanzado el color deseado y los cannabinoides se disolvieron adecuadamente, tu licor de marihuana estará listo para ser disfrutado con responsabilidad.
Puedes pasar tu macerado a otro frasco, a través de un colador fino para deshacerte de cualquier residuo de marihuana que haya quedado en el líquido.
Efectos del vodka de marihuana
Cuando se combina vodka y marihuana, los efectos pueden variar según la cantidad y la potencia de ambas sustancias, así como la tolerancia de la persona. Entre sus efectos más comunes se encuentran:
Euforia inicial: tanto la marihuana como las bebidas alcohólicas a menudo producen una sensación de relajación y euforia en las personas, especialmente en las primeras etapas de consumo.
Relajación: muchas personas experimentan una relajación muscular y una disminución del estrés y la ansiedad al consumir alcohol o marihuana.
Pérdida de inhibiciones: el alcohol puede reducir las inhibiciones y hacer que las personas sean más sociables o menos conscientes de las consecuencias de sus acciones.
Pérdida de coordinación: el vodka y la marihuana pueden afectar la coordinación motora y el equilibrio.
Depresión del sistema nervioso: en dosis más altas, el alcohol puede causar confusión, letargo, dificultades en el habla, disminución de la memoria y la concentración. Esto también puede ocurrir como un efecto psicoactivo de la marihuana.
Cambios en la percepción del tiempo y el espacio: las personas pueden sentir que el tiempo pasa más lentamente y pueden experimentar una distorsión en la percepción del espacio.
Esta combinación puede aumentar el riesgo de efectos secundarios negativos, como mareos, náuseas, vómitos, ansiedad, paranoia y una mayor pérdida de coordinación. Además, la combinación de alcohol y marihuana puede aumentar el riesgo de intoxicación y accidentes, especialmente al conducir u operar maquinaria.
Precauciones al mezclar alcohol con marihuana
Mezclar alcohol con marihuana puede tener efectos impredecibles y potencialmente peligrosos en la salud y el comportamiento de una persona. Aquí hay algunas precauciones importantes que debes tener en cuenta si estás considerando consumir ambos:
Conoce tus límites. El alcohol y la marihuana afectan a cada persona de manera diferente. Conoce tus propios límites y tolerancias para ambas sustancias y no te excedas.
No conduzcas bajo la influencia. La combinación de alcohol y marihuana puede afectar negativamente tu capacidad para conducir de manera segura. Si has consumido alguna de estas sustancias, no debes poner en riesgo tu vida ni la de los demás conduciendo. Designa a un conductor sobrio o utiliza un medio de transporte alternativo.
Evita el consumo excesivo. La combinación de alcohol y marihuana puede aumentar los efectos secundarios no deseados, como la falta de coordinación, la confusión y la desorientación. Limita la cantidad que consumes para evitar intoxicaciones graves.
Conoce tus productos. Si consumes productos infundidos con marihuana, como comestibles o bebidas, asegúrate de conocer la concentración y la dosificación adecuadas. Las sustancias infundidas pueden tener efectos más lentos y duraderos que el consumo de marihuana por inhalación.
Mantén un entorno seguro. Si planeas consumir tanto alcohol como marihuana en una reunión o evento, asegúrate de estar en un entorno seguro y cómodo con personas de confianza que puedan ayudarte si es necesario.
Escucha a tu cuerpo. Presta atención a cómo te sientes mientras consumes alcohol y marihuana. Si experimentas malestar, mareos, náuseas u otros síntomas negativos, deja de consumir de inmediato y busca ayuda si es necesario.
Anímate a probar el vodka de marihuana y explorar al máximo sus efectos. No olvides visitar La Marihuana para encontrar más recetas de alimentos y bebidas cannábicas y recibir consejos de consumo.
Cultivar en interior es igual de sencillo que hacerlo en exterior. Cuenta con grandes ventajas como la de poder ofrecerle a las plantas un ambiente óptimo en cuanto a temperatura y humedad. No existirán días nublados o lluviosos. Las plagases relativamente fácil mantenerlas alejadas de nuestro interior y en todo caso, son menos numerosas. Y sobre todo, es rentable si tenemos en cuenta los precios que se manejan en el mercado negro. Y especialmente en fechas de pandemia como las que vivimos.
Las desventajas de un cultivo interior
Ventilación para cultivar en interior
Pero también cuenta con grandes desventajas. Las más conocidas son la inversión inicial en todo lo necesario para comenzar un cultivo (armario, iluminación, ventilación, sistema anti-olor, etc.), además del consumo eléctrico que supondrá mes a mes hacer crecer y florecer las plantas.
Porque que nadie te engañe, cultivar cannabis en interior con un consumo bajo es imposible si se quieren obtener buenos rendimientos. A fin de cuentas es lo que todo cultivador de interior desea.
La importancia de la ventilación para cultivar en interior
La iluminación es sin duda alguna el pilar de cualquier cultivo interior. Es en algo en lo que no se debe ahorrar y siempre se debe optar por algo acorde al espacio de cultivo. Existen equipos completos muy económicos compuestos por lámpara, balastro y reflector, que aunque no sean lógicamente de la mejor calidad, cumplirán perfectamente su función.
Al fin y al cabo los rendimientos de un cultivo dependerán de varios factores. Y la iluminación aunque el más importante, es tan sólo uno de ellos.
Ventilación para cultivar en interior
Tras la iluminación, el sistema de ventilación es lo segundo más importante. Las plantas de cannabis consumen gran cantidad de CO2. En exterior el suministro de CO2 es ilimitado.
Pero en interior las plantas llegan a agotar rápidamente el que tienen disponible. Es por ello que se debe renovar regularmente el aire del interior, por aire fresco cargado del CO2 del exterior y tan necesario para el desarrollo de nuestras plantas.
Un sistema de ventilación consta de un extractor, un intractor (prescindible en algunos casos) y un ventilador (muy recomendable).
Además, los sistemas de iluminación y especialmente las lámparas de alta intensidad (vapor de sodio, halogenuros metálicos y LEC), elevarán la temperatura. Y dependiendo de la época del año, ésta puede ser fatal para las plantas si sube en exceso. El sistema de ventilación también se usará para evacuar todo este aire caliente para sustituirlo por uno más fresco.
La extracción de aire
En extractor debe ser lo suficientemente potente para garantizar un buen flujo de salida del aire. Conviene además que sea un modelo centrífugo ya que los axiales, aunque lleguen a mover gran cantidad de aire, no soportan un filtro de carbón anti-olor en el caso de que el olor sea pueda llegar a ser un problema.
Para hacer un cálculo rápido sobre qué flujo de extracción es el adecuado, se debe calcular el volumen del armario en m3 y multiplicarlo x60. A la cifra resultante súmale la mitad y en m3/h, tendrás el volumen necesario.
Ventilación para cultivar en interior
Por ejemplo en un armario de 100x100x200cm, tendríamos que calcular el volumen, que serían 2m3. Después lo multiplicaríamos x60 minutos. El resultado sería 120m3/hora. Finalmente, le sumaríamos la mitad, es decir 120+60.
Así que cualquier extractor con un flujo de 180 m3/h sería apropiado. Realmente nos podría servir uno de 120m3/h, pero siempre se suma la mitad para compensar la pérdida que se pueda sufrir con el filtro de carbón, longitud del conducto de salida, curvas del conducto, etc.
La intracción de aire
Un intractor sería un extractor de aire pero orientado de tal modo que el aire circule de fuera hacia dentro del armario. La intracción cuando se trata de pequeños armarios de cultivo, puede ser prescindible. Suele ser suficiente con la intracción pasiva, es decir el aire que entra por ventanas y cremalleras del armario forzado por el extractor. Pero nos referimos a armarios inferiores a 100x100cm.
En armarios de un tamaño superior, ya es recomendable usar un extractor para que no haya déficit de CO2 en el interior del armario. Normalmente es suficiente con un extractor que ofrezca un 50-60% del caudal de extracción.
Se suele usar la fórmula del mismo modelo que el extractor, pero un diámetro inferior. Es decir que si por ejemplo como extractor de salida tenemos un RVK de 150mm, con extractor de entrada nos llegaría con un RVK de 125mm o algún otro de un caudal similar.
En cuanto al ventilador interior, ayudará a refrescar las puntas de las plantas por su proximidad a la iluminación. Además de por supuesto remover el aire interior. Las plantas además crecen más sanas y robustas con un flujo constante de aire que las haga balancearse.
Ventilación para cultivar en interior
También ayuda en muy gran medida a evitar hongos como oídio, mildiu, botritis y damping off. Y el leve balanceo que produce en las plantas, hará que refuercen sus tallos y sean más resistentes. Un pequeño ventilador de pinza no es nada caro y aunque tienden a estropearse relativamente bastante a menudo, merecerá siempre la pena.
Como debería funcionar un sistema de ventilación en interior
El sistema de extracción e intracción de aire podremos hacerlo funcionar con intervalos. Para ello será necesario un termo hidrómetro y un programador. Con el termo hidrómetro, siempre situado a la altura de las puntas de las plantas, nos permitirá visualizar la temperatura. Cuando ésta supere los 27-28ºC, el sistema de extracción/intracción debería ponerse en funcionamiento.
Con un programador podremos ajustar la frecuencia de funcionamiento del extractor e intractor para mantener una buena temperatura. De todos modos si la temperatura está dentro de unos valores óptimos, extracción e intracción deberían funcionar al menos 15 minutos cada hora, para garantizar un buen suministro de CO2.
El ventilador interior por otro lado, sería ideal que funcionase continuamente, sin interrupciones. Como ya comentamos, ayudará a mantener más frescas las puntas de las plantas evitando quemaduras, además de que las plantas lo agradecerán enormemente.
Recuerda, la ventilación es muy importante, tanto como la iluminación
Ventilación para cultivar en interior
Recordemos que uno de los principales alimentos que las plantas extraen del aire es el CO2, que en un ambiente cerrado y estancado, consumen rápidamente, y si no hay CO2, el crecimiento se detiene.
Para asegurar un aporte constante de CO2 hay que renovar constantemente el aire y removerlo entre las hojas. Asimismo, en una buhardilla, el calor, durante los meses de verano puede sobrepasar tranquilamente los 40 grados o mas, lo cual tampoco influye positivamente en el crecimiento.
Estos dos conceptos nos dan una idea de la importancia de una correcta ventilación en interior. La combinación de CO2, agua y nutrientes, es indispensable a la planta para la formación de la clorofila y los carbohidratos, a la vez que liberan oxigeno durante el proceso, llamado Fotosíntesis.
En exterior, este problema no existe, pues la misma brisa se encarga de renovar constantemente. Pero en interior, si no hay una renovación constante, el crecimiento o la floración, se detienen.
Con una buena ventilación también controlaremos la temperatura y la humedad. Tengamos presente que una lampara HPS emite mucho calor, que debemos añadir a la temperatura ambiente, la cual, en el interior del indoor, puede pasar de los 50 grados.
Ventilación para cultivar en interior
En estas condiciones, las plantas transpiran mucho, y buena parte de su energía se va en contrarrestar el calor, lo que se traduce como menos cogollos.
Otro factor es que altas temperaturas y demasiada humedad son caldo de cultivo idóneo para la aparición de plagas y hongos, problemas todos solucionables con una buena ventilación.
El aire debe ser movido mediante un ventilador en el interior del sistema, para asegurar que el aire fresco llega a todo el jardín.
El sistema necesitar de una entrada de aire, que puede venir del exterior mediante succión y filtrado o desde la misma estancia donde se instale el montaje si esta es suficientemente amplia y ventilada. Se hace necesaria una salida de dicho aire mediante un extractor al exterior o a un segundo montaje y de éste otra al exterior.
La buena ventilación para cultivar en interior es imprescindible al igual que la buena iluminación.
6 porciones – 5 mg de THC por | tiempo de preparación 10 minutos | tiempo de cocción 25-30 minutos
Ingredientes:
2 cucharadas de mantequilla sin sal
3 cucharadas de aceite de oliva
4 dientes de ajo picados
2 tazas de arroz Arborio
1 ½ tazas de hongos silvestres en rodajas finas (shitake, maitake, ostra, rebozuelos, boletus)
1 taza de vino blanco
6 tazas de pollo b roth – calentado
2 cucharadas de hojas frescas de tomillo
2 cucharaditas de sal marina
1 cucharadita de pimienta molida
¼ taza de crema espesa
30 mg de destilado de THC use una jeringa marcada y previamente medida
Risotto de hongos silvestres con tomillo
Instrucciones:
Calentar la mantequilla y el aceite de oliva en una olla de hierro fundido a fuego medio. Agregue el ajo y saltee hasta que esté fragante durante 3 minutos.
Caliente el caldo en una cacerola aparte a fuego medio bajo.
Agregue el arroz, asegurándose de que cada grano esté cubierto con mantequilla / aceite de oliva, y saltee hasta que las puntas de cada grano de arroz se vuelvan translúcidas.
Sube el fuego a medio-alto. Agregue los champiñones y vierta el vino. Revuelva el arroz y los champiñones suavemente, pero de forma continua hasta que el arroz absorba el vino. Agregue el caldo 1/2 taza a la vez, revolviendo continuamente y esperando que el arroz absorba el caldo antes de agregar más.
Cuando el arroz esté tierno y haya absorbido completamente el caldo, dando una textura cremosa hermosa, apague el fuego, agregue el tomillo, la sal, la pimienta y la crema espesa. Sirva caliente.
CONSEJO: Guarde algunas ramitas de tomillo y champiñones salteados para decorar.
Los estudios sobre la eficacia de medicamentos con cannabinoides para el cáncer o el dolor crónico se multiplican por ocho en el mundo desde 2010 mientras aquí siguen limitados al no haberse legalizado el uso medicinal de la marihuana
El interés de la ciencia y la medicina por las propiedades terapéuticas del cannabis no para de crecer. Desde 2010, se han multiplicado en el mundo casi por ocho los ensayos clínicos que estudian la viabilidad de medicamentos de cannabis para el tratamiento de enfermedades como el cáncer, la epilepsia o el dolor crónico. En España, sin embargo, no se ha producido tal proliferación debido a la falta de una regulación del cannabis medicinal, que dificulta mucho los trabajos científicos, según los investigadores.
Un informe de la principal empresa de datos que opera en la industria legal internacional del cannabis, Prohibition Partners, al que ha tenido acceso Público, refleja que el número de ensayos clínicos con medicamentos hechos en el mundo con componentes de esa planta ha pasado de 8 en un año a 60, lo que supone un incremento del 650% entre 2010 y 2022.
Cerca de la mitad de los 440 ensayos registrados en ese periodo se ha centrado en el tratamiento del dolor causado por diversas afecciones, como la fibromialgia, el cáncer o el Parkinson, y principalmente casos de dolor crónico o neuropático, el 46%. No obstante, según el informe, en los últimos años ha habido un aumento notable de ensayos clínicos que estudian los beneficios potenciales de los medicamentos de cannabis para el tratamiento de trastornos mentales, como la depresión o la ansiedad.
El estudio de Prohibition Partners refleja, además, que los medicamentos que se estudian en estos ensayos clínicos contienen una gran variedad de cannabinoides (componentes del cannabis), aunque en la mayoría (el 34,5%) se utiliza una combinación de los dos más conocidos: THC y CBD.
A la eclosión de estos ensayos ha contribuido, sin duda, el estudio que publicó en 2017 la Academia Nacional de Ciencias de EEUU (NAS por sus siglas en inglés), que asesora en materia de ciencia a Gobierno, Senado y Congreso de ese país, y a su agencia espacial, la NASA. Tras analizar más de 10.700 publicaciones científicas, la NAS concluyó que ya existían “evidencias concluyentes o sustanciales” para afirmar que los cannabinoides son efectivos en el tratamiento del dolor crónico en adultos, como antieméticos para paliar los efectos de la quimioterapia y para mejorar los síntomas de espasticidad muscular de la esclerosis múltiple. Pero la Academia también recomendó a la comunidad científica seguir investigando a fin de recabar más evidencia científica acerca de la conveniencia del uso del cannabis en estas y otras afecciones.
La distribución territorial de los ensayos realizados es, sin embargo, desigual y con un país que destaca sobremanera sobre el resto, Estados Unidos, que aglutina el 54,1% de los trabajos. A continuación, se sitúan Gran Bretaña (13%), Canadá (7,7), Israel (6,8), Alemania (2,4), Italia (2,4) y Australia (1,9). Todos estos países cuentan con una regulación del uso del cannabis medicinal, de la que se benefician miles de pacientes que pueden acceder a un tratamiento con medicamentos o preparados a base de componentes de la marihuana.
España no llega ni al 1% de los ensayos con cannabis realizados en el mundo que aparecen en las tablas estadísticas de este informe. Y en una búsqueda en la base de datos del Instituto de Salud de EEUU (NIH), que registra la práctica totalidad de los ensayos clínicos que se llevan a cabo en todo el planeta, España aparece en menos de veinte. Más aún: de entre los 15 que se han completado, únicamente ha liderado dos. El resto eran estudios internacionales dirigidos por grupos investigadores de otros países.
De acuerdo con esa base de datos, la mayoría de los ensayos que se han hecho en España ya completados se han centrado en el tratamiento de la epilepsia con cannabidiol, aunque también se han llevado a cabo para estudiar la efectividad con el dolor oncológico y la esclerosis múltiple.
“Si lo comparamos con los ensayos clínicos que se están realizando en otros países, es una cantidad insignificante”, advierte Cristina García, profesora del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense, vicepresidenta de la Sociedad Española de Investigación con Cannabinoides (SEIC) y autora de más de 60 trabajos de investigación preclínicos sobre esa materia.
Son pocos ensayos, además, para un país que tiene una de las sociedades científicas más importantes y prolíficas del mundo en la investigación preclínica del cannabis, formada por más de 200 investigadores con una media de entre 30 y 40 publicaciones al trimestre y trabajos que han obtenido un gran reconocimiento internacional. Un país que, además, se encuentra entre los 11 primeros del mundo en producción de cannabis medicinal (23,4 toneladas) con cultivos autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), producción que tiene que ir por completo destinada a la exportación porque su uso no está aún aquí regulado, pese a que el Congreso de los Diputados se lo solicitó al Gobierno hace más de un año.
¿Por qué entonces no se hacen aquí más estudios clínicos para estudiar la viabilidad de estos medicamentos en pacientes? La investigadora Cristina García lo achaca a tres causas, básicamente: el desconocimiento de la comunidad médica española del potencial terapéutico del cannabis, motivado, entre otras cosas, por su ausencia en las materias curriculares de la universidad; falta de interés de las empresas que trabajan en el sector por hacer ensayos al no ver claro el retorno económico de esa inversión; y carencia de un marco legal regulatorio del uso medicinal de la planta.
A juicio de esta experta, la falta de regulación desanima a profesionales de la medicina a participar en ensayos clínicos por miedo a lo que pueda ocurrir trabajando con una sustancia ilegal, de cuyos potenciales beneficios terapéuticos, además, apenas tienen conocimiento. “La NAS, como conclusión de su estudio, recomendó hace unos años que había que hacer más investigación clínica para obtener más evidencia sobre el uso de cannabinoides. Era un mensaje dirigido a la comunidad científica que aquí, claramente, no se ha entendido mucho”, se lamenta.
Los obstáculos empantanan un estudio sobre el tratamiento del dolor
El Grupo de Trabajo de Cannabinoides de la Sociedad Española del Dolor (SED) también considera que la falta de regulación del cannabis medicinal supone un “gran impedimento” para la realización de ensayos clínicos. Y esta organización está conociendo de primera mano cuáles son esos obstáculos, porque lleva ya tres años a vueltas con un ensayo que puso en marcha en colaboración con el Observatorio Español del Cannabis Medicinal y la empresa Curaleaf para estudiar el tratamiento del dolor neuropático con cannabinoides, y aún no ha podido empezar los trabajos clínicos a causa de las enormes trabas burocráticas que debe afrontar.
El coordinador del Grupo de Trabajo, el anestesiólogo Jesús de Santiago, asegura que los requisitos que exige cumplimentar la AEMPS, organismo del Ministerio de Sanidad que autoriza y supervisa estos ensayos, no les han permitido aún poner en marcha el estudio clínico que prevén realizar en cinco hospitales de Barcelona, Madrid, Granada y Tenerife, con 50 pacientes que sufren dolor neuropático, a quienes se administrará durante un periodo de tres meses una mezcla controlada de CBD y THC.
La falta de regulación, según Jesús de Santiago, dificulta enormemente el transporte, el uso, toda la cadena que interviene en un ensayo clínico con una sustancia que no es legal en este país, aunque lo sea para uso medicinal en otros muchos del entorno. Y esas dificultades son las que encarecen, además, el ensayo y reducen su tamaño y, en consecuencia, la fortaleza de sus resultados y su extrapolación para la obtención de evidencia científica, ya que deben hacerse con pocos pacientes y escaso tiempo.
¿Qué consecuencias acarrea que no se hagan más ensayos clínicos con cannabinoides? El coordinador del Grupo de Trabajo de la Sociedad Española del Dolor lo tiene claro: “Esto lleva al desconocimiento, a que no vas a poder esclarecer el efecto de unos fármacos sobre el sistema endocannabinoide. Y eso repercute en los pacientes como posibles beneficiarios de esos medicamentos”.
“Herramientas terapéuticas seguras”
Cristina García sostiene que la investigación clínica realizada hasta el momento en el mundo ha dejado ya claro que los cannabinoides son unas “herramientas terapéuticas seguras” para pacientes de determinadas afecciones, aunque sea necesario seguir investigando para obtener una mayor evidencia científica.
Por su parte, la investigación preclínica, la que no se hace directamente con pacientes, ha demostrado, a juicio de esta investigadora, que el potencial terapéutico del cannabis es muy grande y variado: para el tratamiento del dolor, para la epilepsia, sobre todo en cuadros muy complicados, o la endometriosis, entre otras muchas afecciones. “Es una responsabilidad para quienes nos legislan favorecer la realización de ensayos clínicos que permitan a los pacientes beneficiarse de estos tratamientos y no tengan que recurrir al mercado negro como ahora, que es un sinsentido”, subraya.
La Comisión de Sanidad del Congreso aprobó en junio de 2022 un dictamen por el que instó al Ministerio de Sanidad a que en el plazo de seis meses pusiera en marcha las medidas necesarias para permitir el uso del cannabis con fines medicinales. Según el acuerdo parlamentario, el cannabis debe ser prescrito por médicos especialistas de las enfermedades y dolencias autorizadas y dispensado en farmacias hospitalarias. Los casos de espasticidad en pacientes con esclerosis múltiple, algunas formas de epilepsia, náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia, endometriosis, dolor oncológico y dolor crónico no oncológico, incluido el neuropático, fueron las indicaciones recomendadas para este uso.
Cumplido en diciembre el plazo dado por el Congreso, el Ministerio de Sanidad aseguró que estaba trabajando en el encaje normativo para permitir el uso medicinal del cannabis. Cinco meses después, José Manuel Miñones, el ministro que sustituyó en el cargo a Carolina Darías tras su marcha para presentarse como candidata del PSOE a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, pidió perdón por el retraso y aseguró en su primera comparecencia en el Congreso que antes de que terminara mayo presentaría el documento regulatorio. Pero la legislatura terminó ese mismo mes, al convocarse elecciones generales para julio, y todo ha quedado en el aire.
Subir el umbral del dolor y reducir el uso de opioides
Mientras la actividad política y legislativa siguen a la espera de que se invista a un presidente que forme un nuevo gobierno, la actividad científica no se detiene, para determinar, por ejemplo, cómo pueden actuar los cannabinoides para tratar el dolor que sufren miles de personas y que es el motivo de la mayoría de los ensayos clínicos que se llevan a cabo en el mundo con estos componentes. Jesús de Santiago explica que los cannabinoides actúan sobre los receptores del sistema endocannabinoide, los cuales se encuentran a lo largo de toda la vía de transmisión del dolor.
“La activación de los receptores del sistema endocannabinoide en las neuronas periféricas, espinales y supraespinales suprime la transmisión del dolor. Eso, por un lado. Pero además hay que tener en cuenta su vital importancia en el control del dolor a nivel supraespinal, es decir, de los procesos cognitivos. De hecho, el principal receptor del sistema endocannabinoide, el CB1, es el receptor acoplado a la proteína G más abundante en las terminaciones nerviosas del cerebro de los mamíferos. El CB1 es abundante en regiones del cerebro que regulan el dolor, el vómito, las emociones, el movimiento, la coordinación, el aprendizaje y la memoria y funciones cognitivas como la percepción que tenemos del dolor”, señala el coordinador del Grupo de Trabajo de Cannabinoides de la SED.
Según Jesús de Santiago, hay estudios que han concluido que los fármacos cannabinoides pueden subir el umbral del dolor, que pueden hacer que el dolor sea más tolerable. “A día de hoy, -dice este experto- existe suficiente evidencia para recomendar su utilización para el tratamiento del dolor crónico, aunque aún no en primera línea. De hecho, existen otros fármacos que pueden ser más efectivos y ofrecer menos efectos secundarios. En todo momento -recalca-, en el tratamiento con cannabinoides se ha de seguir las guías clínicas publicadas y siempre bajo el control y supervisión estricta del especialista en tratamiento del dolor”.
Otro de los potenciales beneficios del uso de cannabinoides es la reducción de las altas dosis de opioides que se administran a muchos pacientes con dolor crónico, un consumo que puede generar dependencia, ineficacia del tratamiento y también hiperalgesia, un trastorno de la sensibilidad que causa una mayor sensación de dolor, algo frecuente en pacientes oncológicos. Jesús de Santiago asegura que ya hay evidencia científica que demuestra la efectividad del cannabis para reducir la hiperalgesia, aunque, a su entender, se debe profundizar en esa vía con la realización de más ensayos clínicos que revelen su idoneidad.
“Los ensayos clínicos con cannabinoides han aportado que son eficaces en diferentes tipos de dolor crónico y que estos fármacos son relativamente seguros, obviamente siempre que sea bajo supervisión médica, comparados con otros tratamientos altamente utilizados en el tratamiento del dolor crónico, como son los opioides”, añade el coordinador del Grupo de Trabajo de la SED.
Lawrence Purkiss, analista de Prohition Partners y coautor del informe sobre el cannabis farmacéutico, considera que el estudio de los ensayos clínicos que se han hecho en la última década, y en particular en los últimos años, ofrece una magnífica visión de los posibles avances que se puedan producir en este campo en los próximos años. “Al analizar el panorama de las patentes junto con el registro de ensayos clínicos, queda claro que las posibilidades de nuevos tratamientos basados en cannabinoides son increíblemente amplias, con un interés significativo ya en áreas específicas”, explica.
El uso del aceite de semillas de cannabis para la piel lleva entre nosotros miles de años, te contamos el por qué.
El aceite de semillas de cannabis, también conocido como aceite de semillas de cañamo o hemp, ha ganado popularidad en la industria del cuidado de la piel debido a sus numerosos beneficios para la salud cutánea. Con propiedades hidratantes, antioxidantes y antiinflamatorias, este aceite natural se ha convertido en un aliado para aquellos que buscan tener una piel perfecta y radiante de manera natural.
Introducción al uso de aceite de semillas de cannabis para la piel
El aceite de semillas de cannabis, también conocido como aceite de semillas de hemp, es un producto natural que se obtiene de las semillas de la planta de cannabis. A diferencia del aceite de CBD o THC, el aceite de semillas de cannabis no contiene componentes psicoactivos y se utiliza principalmente en el cuidado de la piel.
El uso de aceite de semillas de cannabis en el cuidado de la piel tiene una larga historia que se remonta a miles de años. Civilizaciones antiguas como los egipcios y chinos reconocieron los beneficios de este aceite para mantener una piel saludable y radiante. A lo largo de los años, el uso del aceite de semillas de cannabis ha ganado popularidad gracias a sus propiedades hidratantes, nutritivas y antioxidantes.
Beneficios del aceite de semillas de cannabis para la salud cutánea
El aceite de semillas de cannabis es conocido por su capacidad de hidratar y nutrir la piel en profundidad. Sus ácidos grasos esenciales, como el ácido linoleico y el ácido oleico, ayudan a mantener la barrera protectora de la piel y retener la humedad, lo que resulta en una piel suave y flexible.
Gracias a su contenido de antioxidantes, el aceite de semillas de cannabis puede combatir los radicales libres y reducir los signos del envejecimiento, como arrugas y líneas finas. Además, ayuda a promover la producción de colágeno, que es esencial para mantener la elasticidad y firmeza de la piel.
El aceite de semillas de cannabis contiene vitamina E, que es conocida por sus propiedades antioxidantes y su capacidad para fortalecer la barrera de la piel. Esto ayuda a mejorar su elasticidad y firmeza, reduciendo la apariencia de la flacidez y la piel suelta.
Aceite de semillas de cannabis para la piel
Propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del aceite de semillas de cannabis
Los antioxidantes presentes en el aceite de semillas de cannabis ayudan a proteger la piel de los daños causados por los radicales libres, que pueden acelerar el proceso de envejecimiento. Esto significa que el aceite de semillas de cannabis puede ayudar a prevenir la formación de arrugas y manchas en la piel, manteniéndola con un aspecto juvenil y saludable.
El aceite de semillas de cannabis también posee propiedades antiinflamatorias, lo que significa que puede ayudar a calmar la irritación y el enrojecimiento en la piel. Esto lo convierte en un excelente aliado para aquellas personas con piel sensible o propensa a reacciones alérgicas.
Cómo utilizar el aceite de semillas de cannabis para tratar diferentes condiciones de la piel
Aceite de semillas de cannabis para la piel de las manos
Si sufres de sequedad y descamación en la piel, el aceite de semillas de cannabis puede ser tu mejor aliado. Aplica unas gotas en las áreas afectadas y masajea suavemente para ayudar a hidratar y calmar la piel seca.
Beneficios del aceite de semillas de cannabis en el tratamiento del acné y las imperfecciones
El aceite de semillas de cannabis tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, lo que lo convierte en una opción prometedora para tratar el acné y las imperfecciones. Aplica una pequeña cantidad de aceite en las áreas afectadas para ayudar a reducir la inflamación y promover la cicatrización. Las propiedades antiinflamatorias y calmantes del aceite de semillas de cannabis lo convierten en un tratamiento efectivo para la dermatitis y la psoriasis. Aplica el aceite en las áreas afectadas regularmente para ayudar a aliviar la picazón, la inflamación y la irritación asociadas con estas afecciones de la piel.
Conclusión: ¡Atrévete a probar el aceite de semillas de cannabis y sorpréndete con los resultados!
Aceite de semillas de cannabis para la piel
En conclusión, el aceite de semillas de cannabis (cañamo o hemp) es un verdadero tesoro para el cuidado de la piel. Sus propiedades hidratantes, antioxidantes y antiinflamatorias lo convierten en un aliado poderoso para mantener una piel perfecta y radiante. Ya sea que busques hidratación profunda, reducción de arrugas o alivio de condiciones cutáneas irritantes, el aceite de semillas de cannabis puede ser una opción natural y efectiva.
Recuerda tener en cuenta las consideraciones importantes al utilizarlo y experimentar con recetas caseras para aprovechar al máximo sus beneficios. Incorpora este valioso aceite a tu rutina de cuidado de la piel y disfruta de los resultados visibles y duraderos que puede proporcionar. ¡Tu piel te lo agradecerá!
Preguntas frecuentes sobre el aceite de semillas de cannabis para el cuidado de la piel
¿El aceite de semillas de cannabis tiene efectos psicoactivos?
El aceite de semillas de cannabis se deriva de las semillas de la planta de cannabis, que no contienen los compuestos psicoactivos THC (tetrahidrocannabinol) y CBD (cannabidiol). Por lo tanto, el aceite de semillas de cannabis no produce efectos psicoactivos y es seguro de usar para el cuidado de la piel.
Aceite de semillas de cannabis para la piel
2. ¿El aceite de semillas de cannabis es adecuado para todo tipo de piel?
El aceite de semillas de cannabis es conocido por ser suave y adecuado para la mayoría de los tipos de piel, incluyendo piel seca, sensible y propensa al acné. Sin embargo, es importante tener en cuenta las reacciones individuales de cada persona. Si tienes alguna preocupación específica, es recomendable realizar una prueba de parche antes de usarlo en todo el rostro o cuerpo.
3. ¿Cuánto tiempo se tarda en ver resultados usando aceite de semillas de cannabis?
Los resultados pueden variar según la persona y la condición de la piel, pero muchos usuarios han informado mejoras visibles en la textura, hidratación y apariencia general de la piel en tan solo unas semanas de uso regular. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada individuo es diferente y los resultados pueden variar.
4. ¿Hay efectos secundarios conocidos del uso de aceite de semillas de cannabis en la piel?
En general, el aceite de semillas de cannabis es considerado seguro para el uso tópico en la piel. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar una reacción alérgica o irritación leve. Si experimentas enrojecimiento, picazón o cualquier otro tipo de irritación, se recomienda suspender su uso y consultar a un dermatólogo.
Es importante recordar que cada persona puede reaccionar de manera diferente, por lo que es fundamental probar el aceite de semillas de cannabis en una pequeña área antes de su uso generalizado.
En este post de hoy te enseñaremos a preparar un ungüento de cannabis con los restos de la manicura. Sus beneficios del uso tópico de esta planta te sorprenderán.
Qué es un ungüento
La palabra ungüento proviene del latín unguentum, participo activo de unguere (untar o ungir). También se conoce con el nombre más común de pomada.
Es una de las formas farmacéuticas más antiguas de las que se tienen constancia, usadas por ejemplo en Egipto hace más de 4.000 años.
Por definición, un ungüento o pomada es una sustancia de uso tópico cuya finalidad es la de calmar o curar heridas, quemaduras, erupciones cutáneas, sarpullidos, raspados y en general muchos problemas de la piel.
Aunque su composición química llega a ser muy variada, lo que tienen en común todos los ungüentos es que están constituidos por grasas y que presentan un aspecto semisólido a 25ºC.
Y extraño es el cultivador que no cuente con una gran cantidad de restos de la cosecha acumulada, desde manicura hasta algún cogollo pequeño de las partes bajas muy aireado o con no demasiada resina.
Todo esto se suele secar y conservar para en un futuro hacer un poco de hachís de buena calidad. En este post te damos una gran opción, que es la de hacer un ungüento de cannabis.
El ungüento de cannabis es un preparado de curación con siglos de historia, pues antiguas civilizaciones ya usaban preparados con las flores del cannabis para aliviar dolores musculares y causados por la artritis y el reuma.
Además estudios han demostrado que es eficaz para el tratamiento de quemaduras de hasta segundo grado, ciertos tipos de eczemas, acné, psoriasis y hongos.
Ingredientes ungüento de cannabis
15 gramos de restos de manicura
100 ml de aceite de oliva
20 gramos de cera de abeja
5 gramos de aceite de germen de trigo
Elaboración
Empezamos calentando en una olla el aceite a fuego medio, no debería sobrepasar los 100º. A continuación a añade la manicura. Si la trituras con un molinillo de café, será mejor.
En cuanto al aceite además del aceite de oliva, se puede usar otro tipo de aceites como de sésamo, de colza, de cacahuete, de almendras, de ricino, de almendras o de cedro.
Tendremos que dejar que la materia vegetal se cocine durante unas 2-3 horas. Durante este tiempo no te despistes con la temperatura no se vaya a quemar el aceite.
Si ves que el aceite humea mucho, baja el fuego, remueve más a menudo o retíralo unos momentos del fuego. Y siempre que sea posible, usa la campana extractora para reducir el olor en casa.
Pasado este tiempo, retiramos del fuego y colamos para retirar la materia vegetal con un colador. Usa un colador muy fino o un filtro de café, apretando bien para escurrir al máximo el posible aceite de cannabis que pueda quedar.
Es inevitable que siempre se quede algo de aceite en las hojas. Para aprovecharlo podríamos cocinar agua junto con el aceite y la manicura.
Una vez el líquido se haya colado y enfriado en la nevera, el aceite se separa del agua y se solidifica en la superficie. Podremos fácilmente extraerla con una cuchara y desechar el agua.
Con el aceite aún caliente, añadimos la cera de abeja. El calor residual debería ser suficiente para que la cera se diluya perfectamente.
Si fuese necesario, pon al fuego y calienta un poco más. Deja que enfríe un poco y añade finalmente el aceite de germen de trigo. Este aceite es muy rico en vitamina E, uno de los antioxidantes naturales más efectivos.
Ante de envasar este ungüento de cannabis aún líquido, te sugerimos hacer una pequeña prueba. Sobre un poco de papel de aluminio echa media cucharadita y mételo en la nevera.
Se enfriará rápidamente y podremos comprobar si su textura es de ungüento, o por el contrario nos ha salido demasiado cremosa o líquida.
En este caso lo que podemos hacer es añadir más cera de abeja. Si con el calor residual no se consigue derretir, la calentaremos de nuevo en la olla un poco más.
Terminamos envasando en botes pequeños, preferiblemente en recipientes opacos. Si son de pequeño tamaño, serán más cómodos.
Conclusión
El ungüento de cannabis casero se puede conservar en la nevera o en un lugar oscuro y fresco durante varias semanas, ya que no deja de ser un producto perecedero y 100% natural.
Puedes usarlo para todo tipo de dolores musculares, articulares y afecciones cutáneas. No se recomienda usar en heridas abiertas o sangrantes.
En este artículo te contamos las formas de optimizar un cultivo de marihuana en interior. Será una manera excepcional de conseguir los mejores rendimientos posibles.
¿Por qué optimizar un cultivo interior?
Normalmente, cuando alguien decide dar el paso de introducirse en el cultivo de cannabis en interior, adquiere los elementos básicos para su desarrollo.
Lo mínimo para poder arrancar un cultivo es un armario de cultivo, una buena iluminación y un buen sistema de ventilación. También podemos incluir como básico un par de temporizadores para iluminación y ventilación, además de un termohigrómetro para conocer la temperatura y humedad.
Los motivos de optar por el equipo mínimo, suelen ser que nadie sabe hasta qué punto le enganchará el cultivo o cuáles serán los resultados. Y ese miedo frena el realizar una gran inversión inicial.
Pero generalmente, tras algunos cultivos, todo cultivador se atreverá a ir más allá y decidirá poco a poco ir optimizando su espacio de cultivo con el fin siempre de mejorar los rendimientos.
Todas las mejoras que se pueden hacer en un cultivo, no necesariamente serán un importante gasto de dinero. En ocasiones la inversión será mínima y merecerá la pena tal como veremos a continuación.
Controlador de temperatura
Se trata de un dispositivo que mide la temperatura de un espacio, en nuestro caso el interior del armario de cultivo. Cuando esta sobrepasa el límite seleccionado, el controlador activará automáticamente el sistema de ventilación.
Normalmente, los primeros cultivos se opta por un sencillo programador que se hace funcionar a intervalos (por ejemplo, 15 minutos apagado y 45 minutos encendido).
Estos rangos pueden ser suficientes, pocos o demasiados, ya que un cultivo interior siempre se verá influido por la temperatura exterior.
Con un controlador, la ventilación solo se accionará cuando sea necesario. Se evitará que días fríos la temperatura caiga por un exceso en el funcionamiento de la ventilación, o que en días calurosos las plantas pasen demasiado calor por un déficit de ventilación.
Nos podemos encontrar algunos controladores muy económicos a partir de unos 25 euros, así que vemos que la inversión en este caso es mínima.
Controlador de humedad
Poco que comentar una vez hablado del controlador de temperatura. En este caso, este controlador actuará automáticamente cuando la humedad caiga o exceda los parámetros fijados.
En caso de que caiga, se debería conectar a un humidificador. Y en caso de que la humedad exceda el límite establecido, se puede conectar al sistema de ventilación para que sea el extractor quien elimine ese exceso, o al deshumidificador.
El precio de los más económicos puede rondar los 25-30 euros, una inversión muy baja.
Riego automático
Regar las plantas es la tarea más frecuente, ya que los riegos suelen ser cada 2-3 días. E incluso diarios dependiendo de la fase de cultivo o la temperatura.
Así que tanto por ahorro de tiempo, como por desentenderse en determinado momento, un riego automático ayudará a optimizar un cultivo.
Hay que reconocer que un cultivo interior no deja de ser una actividad que en ocasiones nos puede llegar a privar de cierta libertad.
Pero las plantas sobrevivirán perfectamente varios días con los automatismos de la iluminación y ventilación. Pero no lo hará sin falta de riego.
Además, podremos aportar la cantidad justa y necesaria de agua, algo muy importante para la salud de las plantas.
Aporte de CO₂
El aporte controlado de CO₂ en cultivos de cannabis, puede llegar a aumentar los rendimientos en un 20%. Se emplea tan solo en la fase de floración y con una temperatura alta, de unos 31°.
Las plantas, ante condiciones de temperaturas elevadas, disparan el consumo de CO₂. Pero en un cultivo convencional, la cantidad de CO₂ ambiental no llega a los niveles que exigen las plantas.
Un aporte controlado hará que las plantas demanden más agua y nutrientes, además de que será posible usar más potencia lumínica. El resultado es plantas más productivas.
Cabe destacar que se podría considerar una técnica avanzada para optimizar un cultivo, ya que el aporte de CO₂ tiene que ser como decimos controlado. Un exceso podría ser perjudicial.
Iluminación LED
Actualmente, está más que asumido que las luces LED son las mejores por varios motivos. Además de consumir menos para producir más, trabajan a una temperatura bastante baja y duran años sin perder eficacia.
Un buen LED es caro, pero es la inversión más importante que se puede realizar para optimizar un cultivo. Y en menos de un año, estará más que amortizado.
Pero en el caso de querer llevar un cultivo más allá y cuando se opta por un aporte de CO₂ controlado, la mejor apuesta será alguno de los paneles con más alto PPFD, como el famoso Lumatek Zeus 1000W Xtreme PPFD CO₂.
Será un tándem perfecto para los que busquen optimizar un cultivo y llevarlo al nivel más alto.
Uso de aditivos y potenciadores
Con un abono de crecimiento y otro de floración, se cubrirán las necesidades básicas de las plantas y será suficiente para conseguir unas buenas cosechas.
Pero cada aditivo y potenciador que usemos, estaremos elevando los rendimientos entre un 1% y un 30% en algunos casos.
Por ejemplo, el uso de un simple estimulador de floración, aumentará el número de cogollos. Y un potenciador de floración, rico en fósforo y potasio, se encargará después de su engorde.
Pero existen otros muchos aditivos muy útiles, que aunque prescindibles, harán que las cosechas suban unos gramos. Desde un complejo enzimático que mantiene una buena salud del sustrato, hasta un suplemento de silicio, de carbohidratos, de vitaminas o de aminoácidos.
Al final todo suma, y si con lo mínimo se cosechan 300 gramos, con una gama completa de abonos se pueden cosechar 450 gramos, además de mejorar su presencia, aroma, sabor y hasta potencia.
Armario de madres y esquejes
Contar con un armario de madres es una gran ventaja para cualquier cultivador. En él, podremos además hacer esquejes y darles una pequeña fase de crecimiento, mientras el otro armario se dedicaría exclusivamente a floración.
Así, cada cultivo tan solo duraría lo que dure la fase de floración de la variedad cultivada, y sería posible sacar 6-7 cosechas al año con variedades de 7-8 semanas de floración.
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