Consejos para viajar con tu vaporizador este verano

Guía esencial para seleccionar y transportar tu vaporizador en vacaciones sin complicaciones legales ni técnicas

Dado que continuamos en época estival y que, tarde o temprano, todos los vaporetas acabamos haciendo algún viaje, este mes daremos unos simples consejos para que sepáis no sólo qué máquina de vapor debéis llevar, sino también cómo transportarlas.

Qué debes saber antes de comenzar un viaje

Cuando nos disponemos a viajar, los vaporetas podemos encontrar una y mil trabas para hacer el viaje, aunque lo que más nos preocupa es la legalidad de nuestras máquinas de vapor. La ley dice que será motivo de sanción tanto la posesión de sustancias estupefacientes en la vía pública como los utensilios destinados para su consumo, en este caso los vaporizadores. Por este motivo cobra especial importancia la limpieza de nuestra máquina de vapor antes de comenzar el viaje. Así evitaremos que puedan relacionar nuestra máquina de vapor al consumo de cannabis. En caso de registro siempre alegaremos que el vaporizador es usado para la práctica de la aromaterapia. Para que esta excusa tenga fundamento, lo idóneo sería que llevásemos unas flores de las utilizadas en dicha terapia.

Qué vaporizador llevarse de vacaciones

El vaporizador ideal para nuestro viaje debe tener diferentes características dependiendo del lugar elegido para viajar, la esencia que vaporizaremos –extracciones, flores o ambas– o según sea nuestro trayecto. Por ello, y para facilitar nuestra elección, tomaremos como punto partida los tres condicionantes anteriormente mencionados:

Destino

Este factor es, en mi opinión, el más importante, ya que si nuestro viaje tendrá como base un hotel, casa de unos amigos o sitios similares, lo más recomendable es llevarnos nuestro vaporizador de sobremesa preferido. A pesar de estar de viaje, estaremos como en casa, con la comodidad suficiente como para reservar un pequeño rincón para nuestra máquina de vapor. Gracias a que nos llevaremos el vaporizador que usamos habitualmente, no tendremos problemas según sea una u otra la esencia a vaporizar. No está de más llevar un vaporizador portátil. Como el uso que le daremos será ocasional, no necesitaremos llevar otro vaporizador de altas prestaciones. Bastará con que cumpla su función, sin depender de una larga autonomía. También cabe destacar que para este tipo de viajes se hacen muy adecuados los vaporizadores de “andar por casa”. Este tipo de vaporizador pueden ser de sobremesa o portátil, con la ventaja de poderlo trasformar de uno a otro modo. Éste es el vaporizador ideal para estos tipos de viajes, ya que con sólo una unidad de vaporización cubriremos ambas necesidades.

Si nuestro viaje es una excursión a la naturaleza –ya sea al campo, la playa o la montaña– lo más idóneo es llevarnos un vaporizador de calentamiento manual. En la mayoría de los casos, estos vaporizadores usan como unidad de calefacción un mechero de llama azul, debido a esto sólo tendremos que llevarnos suficiente gas butano para abastecer nuestra antorcha. Personalmente, teniendo un consumo bastante elevado, no he conseguido gastar un bote de gas en más de una semana, por lo que la autonomía es casi ilimitada. Otra opción viable es el uso de vaporizadores con cargador solar, los cuales, gracias al uso de placas solares, nos ofrecen una autonomía ilimitada aun estando en plena naturaleza, siendo los ideales a la hora de realizar actividades como el senderismo o la escalada.

Para los casos que combinemos unos días en la naturaleza con un poco de vida urbana, nos llevaremos alguno de los modelos comercializados actualmente –que son muchos y variados– con la función de recargar sus baterías mediante el mechero del coche. Además, en la mayoría de los casos, estos suelen ser de gama media/alta por lo que, además de una gran autonomía, obtendremos también una gran calidad en nuestro vapor.

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Vaporización frente a ingesta

Cómo vamos a realizar el viaje

Una vez conocemos qué vaporizador es el más indicado en función a nuestro destino, los dividiremos según vayamos a realizar el viaje, ya sea en coche, tren o avión:

Coche: Lo primero que quiero dejar claro es que el consumo de cannabis nunca debe ir acompañado de la conducción de cualquier vehículo. Suponemos que los vaporetas que consumen mientras viajan en coche son simplemente acompañantes. Una vez dicho esto, para los viajes en coche recomendaría tanto los vaporizadores –anteriormente mencionados– con la posibilidad de ser enchufados al mechero del coche, como los vaporizadores portátiles. Pese a que en un principio podemos ver más útiles los primeros, en mi opinión los vaporizadores portátiles comunes son los más adecuados para su uso durante un viaje en coche, tanto por su comodidad como por la calidad del vapor obtenido por estos –siempre que sean de una calidad razonable–.

Tren: Aunque tanto en los trenes como en las estaciones españolas está prohibido vaporizar, algunos consumidores no podemos pasarnos diez horas sin consumir nuestra preciada medicina. Para estos casos recomiendo el uso de los atomizadores y canna-cigs. Ambos modelos nos permiten realizar inhalaciones rápidas con la ventaja añadida de pasar totalmente desapercibidos. De estos también cabe destacar su pequeño tamaño, pudiendo llevarse en el bolsillo. Además, los canna-cigs apenas producen olor a cannabis, evitando así levantar sospechas. Estas pequeñas máquinas de vapor nos ofrecen una gran autonomía aunque la podemos incrementar enchufando el cargador a la conexión eléctrica del tren haciéndose así ilimitada.

Avión: En el caso de tener que realizar un viaje en avión desaconsejo el uso de cualquier vaporizador. Incluso utilizando un canna-cig corremos el riesgo de ser descubiertos con facilidad. Además, debido a los exhaustivos controles antes de montar en el avión, en el caso de portar algún vaporizador debe estar completamente limpio para evitar complicaciones. Recomendaría que el vaporizador que llevemos en la maleta sea de cristal, ya que al pasar por el escáner levantaremos menos sospechas que si el vaporizador consta de multitud de piezas metálicas. Esto, pese a que pueda parecer una tontería, debido al alarmismo ante atentado aéreos, conozco algún vaporeta que ha sido retenido hasta que se aclaró qué tipo de aparato electrónico llevaba, confundiendo un vaporizador con un artefacto explosivo.

Según la esencia a vaporizar

En el caso de que nuestro consumo sea exclusivamente de extracciones, lo más recomendable es un atomizador de gama media/alta, el cual nos permita hidratar el vapor antes de ser consumido. Esta hidratación nos proporcionará un sabor más pronunciado, con la ventaja de inhalar el vapor a menor temperatura. Además de su comodidad de uso, su portabilidad es el punto fuerte de estas pequeñas máquinas de vapor.

Si nuestro consumo es mayoritariamente de flores lo más recomendable es usar un vaporizador portátil especialmente diseñado para ello. Debido a su especialización obtendremos un vapor de mayor calidad que el producido por atomizadores híbridos, capaces de vaporizar ambas esencias. En el caso de consumir ambas cosas lo ideal sería o bien llevar un par de vaporizadores especializados para ello o decantarnos por un vaporizador de sobremesa o de andar por casa capaz de vaporizar cualquier esencia.

¿Qué más nos llevamos?

Aunque ya tenemos lo básico, el vaporizador, los vaporetas suelen ser amantes de la parafernalia que les rodea, por lo que, incluso estando de viaje, solemos llevar al menos cuatro cosas indispensables. Estos añadidos deben viajar bien limpios y, si es posible, totalmente nuevos, para evitar que los relacionen al consumo de cannabis, tal y como os comentaba al inicio del artículo.

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Vaper VS. Cigarro

Grinder o moledor de hierbas: Este instrumento lo usan tanto los vaporetas como los que consumen cannabis mediante bong, pipa o liados. En el mercado los podemos encontrar en multitud de materiales y formas, aunque, en mi opinión, los más adecuados para viajar son los llamados “dos en uno”. Estos tienen la peculiaridad de ser botes estancos tanto al aire como al agua, por lo que son ideales para los viajes en barco o simplemente para llevarlos a la playa. Estos botes además poseen un grinder en su interior.

Cuenco y tarjeta: Para algunos estos utensilios no serán especialmente indispensables, pero en mi caso, que uso vaporizadores de sobremesa, me resultan vitales. Gracias al cuenco podremos picar más cantidad de flores, facilitándonos así la vaporización en caso de consumir más de una carga. Estas flores que hemos picado en el cuenco las cogeremos con la tarjeta, como si fuese una pequeña cucharilla, para depositarlas en la cazoleta de nuestro vaporizador.

Botes de silicona: Dada la efervescencia de las extracciones –ya sean mecánicas o solventes– son multitud lo envases diseñados para transportarlas. Estos envases están fabricados en silicona antiadherente de grado alimenticio, consiguiendo así preservar en buenas condiciones nuestra extracción. Dichos botes los podemos encontrar de multitud de formas y su capacidad oscila entre los 2 y los 50 mililitros. Estos botes suelen ser muy cómodos de llevar debido a sus diseños, por lo que se hacen ideales como complemento de nuestros atomizadores, formando un kit para extracciones perfecto.

DabbersPor último, es conveniente que en nuestro kit de vaporización vaya incluido un dabber. Lo usaremos a modo de cuchara para introducir la extracción deseada en el vaporizador. Éste no será su único uso pues también es muy útil para remover las hierbas de la cazoleta del vaporizador, consiguiendo así una vaporización de las hierbas más homogénea, sin correr el riesgo de quemarnos. Dado que el dabber estará en contacto con nuestras esencias, debe ser de titanio o acero inoxidable de grado quirúrgico, descartando el uso de dabbers de cristal por su gran fragilidad.

¿Dónde metemos todo?

Una vez que hemos decidido qué vaporizador nos llevaremos y cuál es la parafernalia adecuada para éste, toca elegir cuál será la funda idónea para meter nuestro kit de vaporización. Algunos modelos de vaporizadores ya las traen de regalo, algo especialmente valorado por los vaporetas más viajeros.  Estas fundas las podemos encontrar de diferentes materiales y formas. Yo uso fundas con la capacidad de retener el olor del vaporizador dentro de ellas. Además, al ser del tamaño de un neceser, nos brinda la posibilidad de meter multitud de cosas con la gran virtud de pasar desapercibida. También cabe destacar las fundas rígidas, ya que son capaces de soportar pequeños golpes preservando las piezas más delicadas de nuestro vaporizador.

Ahora que ya sabemos qué llevar y cómo hacerlo, pongamos un destino y disfrutemos de unas vaporizadas vacaciones.

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