La temporada de cultivo en exterior llega poco a poco a su fin, lo que para muchos cultivadores significa que comienza la temporada de interior una vez que van quedando atrás las elevadas temperaturas.
Es nuestro artículo de hoy trataremos el cultivo de autoflorecientes en interior. Estas variedades cuentan con una serie de peculiaridades que conviene conocer para conseguir lo que todo cultivador desea, que no es otra cosa que unos rendimientos altos.
Autoflorecientes en interior
Cada vez son más los cultivadores que apuestan por variedades autoflorecientes en interior. El principal motivo es que generalmente son plantas muy fáciles de cultivar que ofrecen las cosechas más rápidas.
En algunos casos, las variedades autoflorecientes se cosechan en tan solo 8 semanas desde la germinación. En una variedad fotodependiente esto es algo impensable, a no ser que sea un cultivo a partir de esquejes.
Hoy en días las autoflorecientes son variedades que en algunos casos no envidian en nada a las variedades fotodependientes tanto en sabor, como en potencia y producción.
Pero siempre teniendo en cuenta que son plantas que no llegan a alcanzar un gran tamaño y lógicamente su producción no será equiparable a una planta de 2-3 metros.
Pero en interior, donde la producción se mide por m2 de cultivo y no interesan plantas altas. Y en este caso llega a ser bastante similar los rendimientos entre autoflorecientes y fotodependientes.
No estamos diciendo que las autoflorecientes son mejores que las fotodependientes. Tan solo que en algunos casos, cuentan con ventajas. La calidad de las fotodependientes es mayor, es algo indiscutible.
Consejos para el cultivo de variedades autoflorecientes en interior
Para cultivar autoflorecientes en interior como decimos conviene tener en cuenta ciertos aspectos relacionados con las necesidades de este tipo de genéticas.
Los trasplantes
Todas las autoflorecientes tienen un comportamiento similar. Desde que se germinan, tienen aproximadamente un período de crecimiento de unas 3-4 semanas. Y después comienzan a florecer.
Durante este tiempo, conviene facilitarles un desarrollo sin interrupción a fin de que alcancen el máximo tamaño posible. Porque tengan el tamaño que tengan, pasadas 3-4 semanas comenzarán a florecer.
Un trasplante no deja de ser un factor de estrés que puede frenar su crecimiento unos días muy valiosos. Así que siempre es mejor apostar por una gran maceta.
En este sentido, las macetas de 11 litros son muy buena opción, apostando también por una densidad de 9 plantas por m2.
El sustrato
Nunca es buena idea escatimar en un sustrato, ya que será el soporte de las raíces durante todo el cultivo. A nadie le gustaría vivir en una casa en ruinas, así que no prives a tus plantas jamás de unos buenos cimientos.
Un buen sustrato no tiene por qué necesariamente ser el que más nutrientes contenga, sino el que tenga una estructura muy esponjosa y esté perfectamente compostado.
Si no tiene gran cantidad de nutrientes, para eso están los abonos de crecimiento. Aunque es cierto que con un sustrato muy nutritivo, las plantas no necesitarán nada más que agua durante la fase vegetativa.
Las podas
Una poda, que no deja de ser una técnica de cultivo que busca siempre aumentar los rendimientos, obliga a la planta a un período de recuperación.
Y en las variedades autoflorecientes, que como hemos comentado tienen un período de crecimiento tan corto, apenas existirá tiempo para que la planta se recupere, lo que mermará su producción final.
Es posible que en esas 3 o 4 semanas las plantas crezcan en exceso y la altura llegue a ser un problema. Pero siempre será mejor realizar un guiado de la apical que una poda.
El fotoperíodo
Las variedades fotodependientes únicamente florecen cuando reciben más de 12 horas de oscuridad. En cambio, las autoflorecientes florecerán aunque reciban más de 12 horas de luz.
Y una planta autofloreciente que lo que quiere en floración es mucha luz, podemos aportar toda la que queramos. Cuantas más horas de luz aportemos, la producción será mayor.
Es por ello que el fotoperíodo más empleado es un ciclo continuo de 18 horas de luz y 6 de oscuridad. O incluso un fotoperíodo 20/4.
El consumo eléctrico en floración en principio puede que parezca mayor que cuando se cultivan variedades normales. Son 12 horas de luz diarias de estas frente a las 18 horas de las autos.
Pero pensemos que una auto la cortaremos en dos meses. Y una normal en mínimo 3 meses desde que se germina, contando un mes de crecimiento a 18/6 y dos meses de floración a 12/12.
Así que en cuanto al gasto energético, vemos que incluso el cultivo de autoflorecientes en interior es menor. A fin de cuentas y en estos tiempos que nos ha tocado vivir, es algo que muchos autocultivadores tienen muy en cuenta.
Conclusión
Las autoflorecientes en interior cuentan con ventajas como la facilidad de cultivo y la rapidez en las que ofrecen cosechas. Y aunque su calidad está algo por debajo de las fotodepedientes, son una opción muy interesante. Pero para conseguir los mejores rendimientos, se deben tener en cuenta que son plantas que no se deben trasplantar ni podar, además de proporcionarles la mayor cantidad de horas de luz posibles.