Los merengues son un típico postre muy fáciles de hacer y deliciosos. Pueden ser blandos, semiduros o duros
Los merengues son un típico postre muy fáciles de hacer y deliciosos. Pueden ser blandos, semiduros o duros dependiendo de las recetas tradicionales de sus tres principales países: Francia, Italia y Suiza. Básicamente están elaborados a partir de claras de huevo y azúcar, además de admitir extracto vainilla, aromatizantes, frutos secos…
Existen varias teorías sobre su procedencia. Algunos expertos señalan a que fueron inventados a principios del siglo XVII por el pastelero italiano Gasparini, residente en el pueblo suizo de Meiringen, de ahí su nombre. Otros que fueron inventados por un cocinero al servicio del rey polaco Estanislao I Leszczynski.
En nuestro post de hoy os propondremos una receta fácil, bastante rápida y económica. Se trata de unos merengues al horno cubiertos de una nata cannábica para disfrutar en cualquier ocasión. Es una manera sana y divertida de consumir cannabis, sea con fines recreativos o terapéuticos.
INGREDIENTES
- 2 claras de huevo
- 100 gramos de azúcar glas
- 1 pizca de sal
- 200 ml de nata
- 5 cucharadas de azúcar
- 4 gramos de cannabis
ELABORACIÓN
Lo primero es integrar como siempre el cannabis en uno de los ingredientes grasos, en este caso la nata. Lo haremos al baño maría, infusionando la hierba triturada en la nata durante unos 30-40 minutos. La temperatura no debe exceder los 120º, ya que comenzaría a degradarse el THC. Pasado ese tiempo, colamos para retirar la materia vegetal, dejamos enfriar y metemos en la nevera.
Después haremos el merengue. Básicamente las claras de huevos son una mezcla de agua y proteínas. Al batirlas se introduce aire en ellas, que al ser tensocativas se unen aire y agua, rodeándose estas proteínas de burbujas de aire. Simplemente se trata de batir enérgicamente hasta conseguir una textura muy esponjosa, añadiendo al final el azúcar glas. Si le das la vuelta al cuenco donde las has batido y no se caen, estarán en su punto.
Precalienta el horno a unos 80-90ºC. Mete las claras al punto de nieve en una manga pastelera (o bolsa de plástico a la que se hace un corte en un extremo). Sobre una bandeja de horno con papel de hornear, haz pequeños montículos de merengue de un tamaño 4-5 cm. Y hornéalos durante una hora sin abrir el horno, o hasta que veas que se doran en exceso. Al deshidratarse conservarán las burbujas, pero quedarán duros como una galleta.
Retira del horno y déjalos enfriar mientras montas la nata cannábica. Cuanto más fría esté más rápido se montará, así que puedes hacerla unas horas antes. Simplemente bate nata y azúcar hasta alcanzar el punto deseado. Introduce la nata en una manga pastelera y cubre cada con ella cada merengue. Colócalos en una bandeja y mantenlos en el frigorífico hasta la hora de servir.