Tiendas de CBD: la doble paradoja del llamado cannabis legal

Tiendas de CBD: la doble paradoja del llamado cannabis legal

La falta de regulación obliga a que los dueños de las tiendas te digan que el CBD no es para consumo humano cuando la mayoría de los clientes lo compran para consumirlo. También la mayoría de los clientes compran el CBD por sus propiedades medicinales, pero estos productos no cuentan con un seguimiento médico.

Espero en un semáforo cuando descubro a mi lado un cartel con una planta de marihuana de un metro de alto que anuncia una tienda de CBD. Pocos días después un anuncio en la radio me invita a convertirme en franquiciada y abrir mi propia «cannabis store». ¿Qué es el CBD? ¿Qué es una «cannabis store»? ¿Es legal todo esto?

El CBD es uno de los cannabinoides que hay en la planta cannabis sativa. La Organización Mundial de la Salud emitió un informe en 2017 que afirmaba, entre otras cosas, que el CBD no es adictivo y tiene propiedades beneficiosas para el ser humano. En España falta una regulación sobre el CBD aunque su venta no es ilegal siempre que no sea para consumo, de ahí que cada vez haya más tiendas. Aquí nos encontramos con una de las dos grandes paradojas que se dan en nuestro país en relación al CBD: muchos de los clientes de estas tiendas compran los productos para consumirlos, pero en las tiendas tienen que dejarles claro que no son para eso. Así que, para cumplir con la legalidad, en las tiendas venden los productos que contienen CBD como cosmética, aromaterapia, incluso como artículos de coleccionista.

El comprador sabe que va a consumir lo que va a comprar y el vendedor también lo sabe, pero no pueden hablar de ello. Equivaldría a entrar en una frutería a comprar un plátano y que el frutero te dijera: yo no puedo decirte que te lo comas, solo puedo decirte que queda muy bonito como decoración.

La sombra de la legalidad –o la falta de ella– es muy alargada

La palabra cannabis está unida a la ilegalidad y el CBD proviene de ahí, por lo que las tiendas que venden estos productos se suelen preocupar por dejar clara la legalidad vigente –o la falta de ella– en España y por qué y cómo venden sus productos. La información legal suele abundar en sus páginas web, en folletos que puedes recoger en las propias tiendas y también en carteles que hay tanto en el exterior como en el interior de los comercios.  

La página web de CBD House Madrid afirma: «Las flores –que vendemos– cumplen con la regulación española, en concreto el Real Decreto 1729/1999, manteniendo los niveles de THC por debajo del 0,20% según exige la normativa». Este es otro tema legal: el THC es el principal componente psicoactivo del cannabis, lo que hace que «coloque» y le da al cannabis la categoría de estupefaciente. Por eso los productos CBD no pueden tener más de 0,20% de THC. Todas las tiendas que he visitado tienen a mano los informes de procedencia de sus productos que demuestran que ninguno sobrepasa el 0,20%. Este límite es una normativa europea y no algo decretado por nuestro país pero sí aceptado

A nivel europeo el CBD está reconocido para consumo humano pero en España no «por eso nos obligan a establecimientos como CBD House Madrid –siguiendo con la web de la misma tienda– a advertir de que no es apto para el consumo humano». La web añade que no se hacen responsables del libre uso que los clientes den a sus productos.  

La franquicia Cannabis Store Amsterdam, presente en distintas ciudades europeas y en dieciocho españolas, afirma en su web: «Nuestros productos no son para fumar, ingerir o inhalar, sino que son objetos de naturaleza exclusivamente ornamental y decorativa y son perfectamente legales». Recordemos el plátano: sé que te lo vas a comer pero yo te tengo que decir que es para que decores tu casa. La web de esta franquicia refleja muy bien lo larga que es la sombra de la legalidad –o la falta de ella– pues incluye un apartado llamado Abogados que te remite a todos los letrados que tiene la empresa.

Una vez revisadas las páginas web, carteles y folletos, llega el turno del vendedor. Óscar es el dueño de CBD House Madrid: «Al principio siempre le decimos al cliente: te vamos a tener que soltar una chapa legal y luego el uso que tú le des». 

CBD medicinal

Si parece no existir una tienda de CBD sin espacios dedicados al apartado legal, también es difícil dar con una tienda que no dedique muchos espacios a hablar sobre las propiedades del CBD. Nuevamente nos encontramos con las páginas web, folletos y carteles dentro y fuera de los comercios. Pero no son carteles como puede haber en otras tiendas anunciando ofertas, por ejemplo. Son carteles que explican las propiedades beneficiosas para la salud del CBD.

Esto es solo una pequeña parte de lo que se puede leer en estos espacios: el CBD alivia los síntomas de la ansiedad, estrés, insomnio, posee efectos antidepresivos, alivia el dolor, tratamiento contra el cáncer, alivio del dolor menstrual, reduce los síntomas asmáticos y un largo etcétera. Además suele haber un espacio para las mascotas, para las que el CBD también tiene propiedades beneficiosas.

La web de CBD House Madrid advierte de que el uso del CBD no cura, previene ni trata ningún tipo de enfermedad, solo alivia sus síntomas derivados y te anima a que consultes con tu médico sobre las propiedades, usos y beneficios que el CBD puede proporcionarte. Uno de los folletos de la franquicia Cannabis Store Amsterdam se pronuncia en la misma dirección: «No son medicamentos ni pretenden ser sustitutivos de cualquier tratamiento médico recomendado». Aquí nos encontramos con la segunda gran paradoja de las tiendas de CBD: muchos de los clientes consumen estos productos precisamente para aliviar sus problemas de salud y, sin embargo, son tiendas que no cuentan con una supervisión médica.  

José Javier es el empleado de una de las tiendas madrileñas de la franquicia Cannabis Store Amsterdam: «A mí esto me cambió la vida, yo tenía asma, renitis, también soy hiperactivo, y a mí esto me sienta muy bien, me regula». Tiene 52 años y defiende que el CBD tiene muchos beneficios y que él mismo es la prueba. «A mí aquí me han mandado gente con dolores crónicos, por ejemplo. Tengo un público generalmente mayor, de 50 para arriba, hasta de 90 años. El virus nos ha triplicado las ventas porque hay mucha ansiedad, hago servicio a domicilio y durante el confinamiento hice muchos nuevos clientes». Mientras me cuenta esto entra en la tienda un señor, más cerca de los sesenta que de los cincuenta, para comprar flores.

Ni José ni Óscar, dueño de CBD House Madrid, tienen formación sanitaria. «Nosotros en la tienda trabajamos cómo adaptarlo a cada persona, esto no se puede usar de forma generalizada, depende de cada uno», explica Óscar. «Yo tengo insomnio desde los 15 años –ahora tiene 31– y a mí me ha ido muy bien, eso no quiere decir que si tú también tienes te vaya a funcionar exactamente igual que a mí, hay que tener muchas cosas presentes a la hora de tomarlo, como tu peso, por ejemplo, para calcular las cantidades. Nosotros trabajamos el CBD adaptado a cada persona, siempre teniendo en cuenta que no es un producto milagro. El problema es que no le podemos decir a la persona que lo consuma, así que lo que tenemos que hacer es decirle que investigue vídeos sobre cómo lo hacen en países donde sí se puede consumir como Suiza, Estados Unidos o Canadá. En esos vídeos te das cuenta de toda la capacidad que tiene el producto para sacarle el mayor partido, menos mal que está internet y podemos recomendar sitios a los que pueden recurrir». A Óscar también le aumentaron los clientes con la pandemia y la entrega de productos a domicilio: «La gente se ha sentido ansiosa, agobiada, intranquila, estresada, y además de teletrabajar han salido muchos dolores de espalda y migrañas»

«El problema de las tiendas es que no existe preparación, quienes las abren no tienen formación para el uso médico del CBD, pero el CBD actúa como un medicamento y puede tener interacciones con otros fármacos que estés tomando, por ejemplo. Que el CBD no coloque no debería querer decir que haya barra libre a la hora de venderlo. Una cosa es usar CBD por placer, que me parece fenomenal, y otra tomarla de manera médica, pero la falta de regulación hace que se mezcle todo», se queja Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal. «Yo no tengo nada en contra de la gente que abre esas tiendas, pero al final quien pierde es el paciente, porque si vas y lo que te ofrecen te funciona, pues genial, pero si no… Hablo como paciente que soy, cada persona necesitamos un tratamiento personalizado y supervisado por un médico». 

«Luego está que la gente se piensa que el CBD es la única parte medicinal del cannabis y no es verdad. Hay pacientes, como es mi caso, que necesitamos mucho más que el CBD, necesitamos el THC para nuestro tratamiento. Por eso yo necesito que existan cannabinoides disponibles, y no solo el CBD, para tratar mi patología porque tengo dolor crónico muy fuerte. El CBD es solo una parte y nosotros en el Observatorio queremos el cannabis completo, ojo. El ideal es que haya una regulación y el médico recete al paciente lo que necesita del cannabis y que este sea un tratamiento más. Y volviendo al CBD en concreto, hace muy buena labor, pero vamos a venderlo como dios manda, que los de las tiendas no tengan que estar engañando cada vez que venden un producto y, sobre todo, vamos a ponernos en el lugar del paciente, de nuestras necesidades, y para eso hace falta un seguimiento médico», concluye Carola.

Las tiendas de CBD venden desde infusiones a caramelos, pero las ventas principales están en los aceites, flores y cremas, productos que en muchos casos se compran por sus propiedades medicinales.

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