No te pierdas nuestro post de cocina cannábica de hoy, donde te enseñaremos a hacer unas sencillas y deliciosas trufas de cannabis.
Las trufas elaboradas con chocolate son un dulce muy parecido a un bombón y de sabor similar. Aunque hoy son famosas en todo el mundo, se originaron en Bélgica.
Su nombre deriva del famoso hongo que crece bajo tierra, una delicatesen culinaria muy codiciada y de precio muy elevado.
Las trufas de chocolate se elaboran con chocolate negro, mantequilla, azúcar glaseado y yema de huevo. En ocasiones también se le añaden nata para hacerlas más ligeras. O algún tipo de licor.
Las trufas de cannabis es una adaptación de esta clásica receta y una manera diferente de consumir marihuana que no sea en los típicos bizcochos o galletas.
Además, son muy saludables comparándola con los métodos de consumo más habituales como son fumar o vaporizar.
Ingredientes para las trufas de cannabis
- 150 gramos de chocolate negro para postres
- 100 ml de nata líquida
- 250 gramos de magdalenas
- 10 gramos de cannabis
- 1 cucharada de mantequilla
- 1 poco de licor
Elaboración
Empezamos como siempre integrando el cannabis en uno de los ingredientes grasos. Podemos hacerlo en este caso en la mantequilla o en la nata.
Pero como la mantequilla en muy poca cantidad la que usaremos, lo mejor es hacer una nata cannábica. Es fácil y no tardaremos mucho tiempo.
En un cazo añadimos la nata y la marihuana triturada. Y ponemos a fuego suave. Dejamos que se cocine durante unos 30-40 minutos removiendo a menudo.
La temperatura no debe subir de los 120ºC, de lo contrario en THC comenzaría a degradarse y las trufas de cannabis perderían la potencia que deseamos.
Además durante este proceso nos aseguraremos la descarboxilación de la hierba. Es decir que el THCA que no es psicoactivo, se transforma en THC que sí es psicoactivo.
Pasado este tiempo, retiramos del fuego y colamos para retirar la materia vegetal. De momento reservamos mientras seguimos con el siguiente paso.
En otro cazo también a fuego suave, añadimos la mantequilla hasta que se derrita. Para evitar que la mantequilla se queme por un descuido, algo que perjudicaría al sabor de las trufas, se pueden añadir unas gotas de aceite de oliva.
Por otro lado, en un cuenco deshacemos las magdalenas hasta conseguir unas migas finas. Lo mejor es hacerlo con las manos. Siempre limpias, por supuesto.
En otro cuenco fundimos en chocolate. Puedes usar el microondas en intervalos de 15-20 segundos, o fundirlo al baño maría. Apenas te llevará unos minutos.
Cuando el chocolate se haya fundido, añadimos en el mismo recipiente las migas de magdalenas, la nata líquida, el licor y la mantequilla que debería estar ligeramente líquida.
Con la ayuda de las manos, de una cuchara o una lengua pastelera, amasamos bien hasta conseguir una masa homogénea y sin grumos.
Esta masa la taparemos con un papel film para evitar que haga una costra en la superficie. La metemos en la nevera durante unos 30-40 minutos.
Pasado este tiempo, habrá ganado consistencia y será más fácil trabajar con ella sin que se nos pegue a las manos. También puedes echar una gota de aceite en las manos y frotarlas bien antes del siguiente paso.
Y ya es hora de darle forma a nuestras trufas de cannabis. Divide la masa en unas 40 porciones, haciendo pequeñas bolas. Para ello usa las palmas de las manos, es muy sencillo.
Vete poniendo las trufas ya terminadas en una bandeja, separadas entre sí para que no se adhieran. Para terminar, podemos pasar cada una de las trufas cannábicas por cacao, coco rayado, fideos de chocolate…
Las conservaremos en la nevera y en un recipiente con tapa, donde se podrán conservar en buen estado durante al menos dos semanas.
Recomendaciones
Una buena dosis de cannabis ingerido serían 0,5 gramos por persona. Haciendo 40 trufas como os proponemos y usando 10 gramos de marihuana en total, cada una de ellas contendrá 0,25 gramos.
Así que dos trufas de cannabis contendrían una buena dosis para una persona. Los más habituados de este método de consumo, podrían comer hasta cuatro trufas cannábicas.
Sea como sea y por muy ricas que te parezcan, no te pases. Como siempre que se trata con marihuana ingerida, conviene ser prudente. Hasta pasada una hora no comenzarán a apreciarse los efectos.
Llega a ser muy fácil pasarse con la dosis. Y los efectos después llegan a ser muy desagradables. Pero nada que un buen sueño reparador no solucione.