Pocos lo saben pero la historia de marihuana en México data del siglo XVI, aunque tiene una galería de próceres que son reconocidos por la cultura 420 de ese país.
El país azteca fue clave en la difusión mundial del cannabis y la cultura que lo rodea.
La historia de marihuana en México da cuenta del viaje que emprendió la hierba hacia el jazz, el movimiento beatnik y los hippies de América del Norte.
Claro que, enseguida, llegó la prohibición, al igual que lo ocurrido con otras sustancias prohibida, en lo que se llamó la ‘guerra contra las drogas’, una directiva de EEUU que ha fracasado por completo.
Así es como la historia de marihuana en México entra en sus páginas mas oscuras, con la creación de carteles de crimen organizado que encontraron en la prohibición un negocio.
México se ha convertido durante muchas etapas de su historia en un narco estado, con personajes tristemente célebres en el mundo como Joaquín, el Chapo, Guzmán.
Existe un legado importante en la historia de marihuana en México y es la influencia que durante 500 años ejercieron los musulmanes en lo que es hoy la región de Andalucía, en España.
Es que los musulmanes llevaron a España el hachís y la tradición magrebí de fumar cigarrillos.
Eso sobrevivió en forma oculta entre los moros incluso después de la Reconquista Católica de 1492 y la Inquisición.
El cannabis entró por primera vez al Nuevo Mundo en galeones españoles con destino a lo que todavía se llamaba Nueva España y allí comenzó a escribirse la historia de marihuana en México.
Una vez en América, el cannabis se hizo muy popular en los dos extremos de la pirámide social, tanto campesinos como familias de clase alta.
El ícono del himno de la Revolución Mexicana, “La Cucaracha”, trata sobre el alto trajín que sufrió el ejército campesino de Pancho Villa, al marchar por el desierto de Chihuahua (norte, compartido con EEUU).
“La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta, marihuana que fumar”, dice la versión original de la canción, antes de su adaptación infantil.
Historia de marihuana en México: la prohibición
Fue en 1920 cuando la historia de marihuana en México sufre un duro golpe con la prohibición de la hierba.
Una década más tarde el primer oficial de la oficina de narcóticos de EEUU, Harry J. Anslinger, lanzó su exitosa campaña para prohibir la marihuana.
Anslinger recopiló anécdotas dudosas de que la marihuana causaba delitos y violencia e ignoró pruebas contrarias.
Una de ellas, la ofrecida por el doctor Walter Bromberg, quien señaló que el abuso de sustancias y el delito se confunden en gran medida y que ninguna de las 2.216 condenas penales que había examinado hasta ese momento era relacionado con la influencia de la marihuana
La campaña de Aslinger en EEUU en la década de 1930 sirvió para endemoniar a los inmigrantes mexicanos como una de sus tácticas decisivas.
Sin embargo, en 1938 aparece uno de los primeros próceres de la historia de marihuana en México: el doctor Salazar Viniegra y la primera, y determinante, fumata blanca.
“¡Pobre, calumniado y hermoso arbusto de la marihuana!”, dijo el galeno, quien juntó a algunos colegas fumó mota frente al Jefe de Salubridad Pública para desmitificarla.
A la proeza la convirtió en estudio, y la llamó “El Mito de la Marihuana”, el primer y más completo estudio que pide hierba legal en México.
Historia de marihuana en México: la gesta de 1938
La historia de marihuana en México vive en la actualidad una de sus páginas más gloriosas, con la conquista de media sanción parlamentaria para su legalización.
Sin embargo, en México ya se había hablado la posibilidad de legalizar todo esto en 1938, gracias al doctor Salazar Viniegra.
Y lo hizo en medio de una dulce humareda blanca gracias a que en su presentación se fumaron muchos cigarros de marihuana.
Leopoldo Salazar Viniegra fue un médico que en la década del 30 se especializó en estudios de los efectos de la marihuana, por lo que se le reconoce como un visionario que hace 80 años propuso muchas de las políticas de drogas que hoy aplaudimos.
“Él en sus estudios señalaba que a los adictos a esta droga debería de tratarlos como enfermos y no como criminales”.
“Era un fiero defensor de que el problema de la adicción de la marihuana fuera atendido como un problema de salud y no penal”, dice Luis Astorga, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El 22 de octubre de 1938, el periódico El Universal cubrió los acontecimientos alrededor de la presentación del estudio “El mito de la marihuana”, la primera piedra del cannabis legal en México.
El periodista Fernando Ramírez de Aguilar, popularmente conocido como Jacobo Dalevuelta, fue el cronista de tan histórico evento.
Y él fue quien escuchó y contó los dichos de Salazar Viniegra: “¡Pobre, calumniado y hermoso arbusto de la marihuana”.
La crónica también cuenta que varios de los médicos asistentes ese 22 de octubre de 1938 fumaron numerosos porros que les fueron repartidos.
El hecho no perturbó la seriedad indiscutible de la Academia, más preocupada por el contenido de las 34 hojas a renglón cerrado que componen el estudio.
“El doctor Salazar Viniegra, al afirmar radiante, que ‘la pobre grifa’ es tan inocua como una gota de agua destilada, tenía como escenario a un grupo de ‘engrifados’, auténticamente ‘quemados’ por la yerba”, dice la crónica.
El relato apela a la primera persona del cronista para matizar el ambiente de aquel 22 de octubre de 1938:
“Yo sonreía, francamente incrédulo, cuando el informante me contó del triunfo de Salazar Viniegra, quien un poco al estilo drástico del inmortal Pasteur, llevaba hasta sala de los doctos las pruebas absolutorias de la romántica ‘rosamaría’”.
Todo se sorprendieron al ver como el galeno convertía a sus propios colegas en unidades biológicas de experimentación.
Además, infringiendo el Código Sanitario, hasta convertirse en propagandista de la por entonces mala hierba y en presencia nada menos que del propio Jefe de la Salubridad Pública.
“¡La Academia de Medicina se las ‘había tostado’! Ni más ni menos, ¡y en plena sesión general!”, se sorprende el bueno de Jacobo.
El periodista, todavía incrédulo, insistió en que Salazar Viniegra invitó cigarrillos, al parecer de tabaco, pero con el “alma verde de los sueños blancos”, a varios de sus colegas de los cuales fumaron deliciosamente.
“Nosotros hemos visto a Segura fumarse tres cigarrillo de marihuana ‘al hilo’, y dejarse observar por los médicos psicoanalistas del Instituto correspondiente”.
“Y excepto algunos trastornos en las conjuntivas y resequedad en la boca, el estudioso Segura no ha resentido nada”, dice la evidencia de “El mito de la marihuana”.
“La instrucción, la cultura, la orientación de nuestro pueblo, permitirá que el calumniado y hermoso arbusto no sea en lo futuro más que lo que debe ser: una rica fuente de abastecimientos en fibras textiles”, fue la conclusión del doctor Salazar Viniegra.
Historia de marihuana en México: el movimiento hippie
Ya en la década de 1960, la historia de marihuana en México encuentra un colectivo social que le volverá a dar protagonismo a la hierba.
Los hippies estadounidenses se movilizaron a la frontera sur con México, más precisamente al estado norteño de Michoacán, donde se producía grandes cantidades de mota barata.
Tal movimiento generó que el presidente de EEUU de 1969, Richard Nixon, lanzara la Operation Intercept, que paralizó el tráfico en los cruces fronterizos con la búsqueda de escondites ocultos, y detuvo el desarrollo de la historia de Marihuana en México.
Esto provocó quiebres diplomáticos entre México y EEUU.
Sin embargo, en 1978, la DEA comenzó a ayudar a la policía mexicana mediante la fumigación de cultivos de marihuana.
Es ahí cuando nacen los carteles mexicanos de crimen organizado y pronto tomaron el control del negocio e instauraron el terror.
El nuevo corazón de cultivo se convirtió en el llamado “Triángulo de Oro” en las remotas y abruptas montañas de la Sierra Madre Occidental.
El nombre refiere a que allí se unen los estados de Chihuahua, Durango y Sinaloa y marcan a fuego a la historia de marihuana en México.
Este territorio ahora está prácticamente colonizado por los señores del crimen, con los indios tarahumara y huicholes obligados a cultivar cannabis (y ahora el opio también).
Esta es otra etapa negra de la historia de marihuana en México, para cuyos ciudadanos el triángulo de oro evoca ahora las cabezas cercenadas dejadas en todo el estado como una advertencia por parte de la máquina criminal célebre conocida como La Familia.
Que la marihuana haya quedado bajo el control de estas organizaciones delictivas ultraviolentas es un fruto amargo de la prohibición.
Normalizar a la hierba es el capítulo que viene en la historia de marihuana en México, más allá de lo que decida el congreso.
En ese sentido, existen muchas figuras del espectáculo y artistas que ayudaron a crear una cultura en torno a la marihuana y hoy son homenajeadas en el plantón 420, frente al senado mexicano.
Una de ellas es ‘María Sabina’, una curandera indígena mazateca que vivió 91 años y usaba hongos alucinógenos para sus brebajes.
La figura de Sabina es una bandera para todos y todas las mexicanas que luchan por la liberación de las sustancias psicoactivas.
Otro es ‘Tin Tan’, un actor nacido en 1936 que llevó por primera vez la marihuana al cine.
Por último, ’Agustin Lara’, el famoso músico mexicano que tenía a la marihuana como musa inspiradora.
Llevará años reparar el daño ocasionado por la prohibición en México, incluso cuando la reforma de la ley del cannabis se mueve en la dirección correcta, aunque al ritmo de una cucaracha.